
Una estructura en forma de “S” invertida surgió en el centro del Sol el pasado 4 de setiembre.
Este fenómeno fue detectado por telescopios espaciales horas antes de una poderosa eyección de una nube de plasma magnetizada.
La figura apareció en el hemisferio solar que da hacia la Tierra y alcanzó una dimensión aproximada de 125.000 km de diámetro, cerca de 10 veces el tamaño de la Tierra.
Pocas horas después, una gran cantidad de plasma magnetizado se desprendió del Sol. Esta nube, con un diámetro estimado de hasta 700.000 km, avanzó por el espacio hasta alcanzar la Tierra tres días después, el 7 de setiembre.
La columna de plasma, técnicamente llamada eyección de masa coronal (CME), golpeó directamente el campo magnético terrestre, causando una tormenta geomagnética de nivel G1, clasificada como leve.
El enigma de la “S” solar
La forma sigmoide se vincula con intensa actividad solar. Investigadores entrevistados por Spaceweather indicaron que esta configuración se presenta cuando campos magnéticos alrededor de manchas solares se retuercen, lo que origina una figura similar a una “S” serpenteante. Este tipo de estructura suele anticipar inestabilidad solar.
Aunque la forma sigmoide suele preceder las erupciones, los expertos no coinciden en su origen exacto.
Una hipótesis tradicional sostiene que surge de la fusión de dos estructuras en forma de “J”. No obstante, investigaciones recientes han sugerido que una sola estructura puede cambiar de forma debido al deslizamiento de los campos magnéticos.
Ciclo solar más intenso de lo previsto
Aunque inicialmente se esperaba un máximo solar moderado, los astrónomos han reportado una actividad mayor y más temprana de lo anticipado. En meses recientes, se han registrado fenómenos como auroras en zonas inusuales, tornados solares gigantes y eyecciones caníbales de plasma.
A pesar de que el ciclo se encuentra cerca de su final, los científicos prevén que la actividad solar continuará alta durante los próximos meses, lo que podría aumentar el número de tormentas espaciales. Estas podrían interferir con redes eléctricas, sistemas de comunicación y operaciones de satélites.
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