Su vocacin y dedicacin por aliviar el dolor fsico, emocional y espiritual de los enfermos terminales o con enfermedades incurables que producen mucho dolor le vali al doctor Isaas Salas Herrera, fundador y director del Centro Nacional de Control del Dolor y Cuidado Paliativo de la Caja Costarricense de Seguro Social, el Premio Nacional de Valores Rogelio Fernndez Guell 2012. (JORGE CASTILLO MONESTEL)
“Fue un proceso muy duro, pero nunca estuvimos solos. Mi mamá nunca estuvo sola. Me enseñaron cómo cuidarla; ya cuando ella no podía moverse, médico, enfermera y psicólogo iban a la casa hasta dos veces por semana. Nunca escuché a mi mamá quejarse”.
Así describe Cynthia Soto la ayuda que tuvo del Centro del Dolor y Cuidado Paliativo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) durante la fase terminal de su madre, quien murió de cáncer de páncreas en el 2000.
Ella no es la única. La labor de este centro toca cada semana a cientos de personas que por su enfermedad tienen dolores muy fuertes. Su modelo de atención no solo trata el dolor físico; también ve la parte emocional y espiritual. Además, la familia recibe acompañamiento, incluso después de la muerte de su ser querido.
Este trabajo, hecho con vocación y dedicación desde hace 21 años, le valió al doctor Isaías Salas, fundador y director del Centro, el Premio Nacional de Valores Rogelio Fernández Guell 2012.
El galardón lo da la Comisión Nacional de Rescate de Valores a una “persona que se distingue en sus manifestaciones personal, laboral y ciudadana con acciones congruentes en la vivencia de valores y fortalecimiento de la ética, siendo que tales acciones beneficien a la sociedad costarricense”.
“Me siento muy honrado, no lo esperaba. Es un honor muy grande, pero también representa el trabajo de muchísima gente que hace las cosas bien y por amor al país, esa gente que nos hace creer en Costa Rica y tener fe de que, aunque hay cosas malas y negativas, son más las cosas buenas y positivas”, dijo Salas a La Nación .
Para Olga Ovares, presidenta de la Comisión, la labor de Salas “va más allá de su trabajo, es una vida dedicada al servicio a los demás”.
Vocación. Isaías Salas siempre quiso ser médico, pero algo lo motivó a tratar el dolor: escuchó cómo le decían al padre de una paciente: “Ya no hay nada que hacer”, y en seguida oyó la pregunta: “¿Y qué hago con el dolor que siente mi hija?”.
Fue así como la oportunidad de estudiar en Londres lo llevó a especializarse en Medicina Paliativa, y así, traer el sistema a Costa Rica.
“Al regresar, en 1991, le propuse la idea al director del Calderón Guardia. Empezamos en un espacio pequeño en Ginecología, donde estaban las mujeres con cáncer de cérvix; ya después nos fuimos ampliando”, relata.
Hoy, la red tiene nueve centros de cuidado paliativo en el país.
Pero la labor de Salas va más allá. En el 2008 creó la residencia en Medicina del Dolor y Cuidado Paliativo. Los primeros dos médicos especialistas se graduarán a principios del 2013 y otros cinco lo harán en el 2014. Estos son los primeros especialistas en Cuidado Paliativo formados en América Latina.
Además, ya comenzó la remoción de tierras para la creación del Centro Nacional del Dolor: un edificio que tendrá cuatro pisos; tres para la atención de los pacientes y sus familias y un piso de aulas para que los profesionales de salud se formen en el campo paliativo.
“Hay historias muy duras, pero hay otras muy lindas. Con el edificio tendremos más trabajo, pero la meta es la misma: permitirle a una persona disfrutar de la vida hasta el final sin sentir dolor”, concluyó.