
El chucrut, el yogur y el kéfir son alimentos fermentados que aportan probióticos capaces de mejorar la flora intestinal, facilitar la digestión y fortalecer el sistema inmunológico, según organismos internacionales como la FAO y la OMS.
Los probióticos son microorganismos vivos que, al ingerirse en cantidades adecuadas, generan efectos positivos en la salud.
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La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) los reconoce como componentes clave para mejorar la flora intestinal, favorecer la digestión y fortalecer las defensas.
Chucrut: el repollo fermentado que potencia la microbiota

Este alimento fermentado, tradicional de Europa Central, se elabora mediante fermentación láctica natural de repollo blanco. Durante este proceso se desarrollan bacterias vivas que enriquecen la microbiota intestinal.
Además de aportar fibra y vitaminas, el chucrut promueve la maduración de las células inmunes y favorece una función inmunológica saludable.
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También se ha asociado su consumo con una mejora en el estado de ánimo gracias al vínculo entre el intestino y el cerebro.
Yogur: fuente de calcio y vitaminas B

El yogur posee un alto valor nutricional. Aporta proteínas, calcio, potasio, fósforo, magnesio y vitaminas del complejo B. Una porción de 200 gramos puede cubrir hasta un 30 % de las necesidades diarias de calcio.
Este producto fermentado ayuda a absorber mejor el calcio gracias a su pH ácido y, en algunos casos, por la adición de vitamina D.
También destaca por contener vitamina B2, esencial para el metabolismo energético, y vitamina B12, importante para el sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos.
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Kéfir: fermento ancestral que mejora la diversidad bacteriana

El kéfir, palabra que en turco significa “bendición”, se produce a partir de leche fermentada con cultivos de bacterias y levaduras, conocidos como granos de kéfir.
Su consumo regular se ha relacionado con una mayor diversidad bacteriana intestinal, lo que reduce el riesgo de infecciones gastrointestinales.
Este alimento contiene lípidos, azúcares y proteínas, además de probióticos capaces de modular la respuesta inmunológica y mejorar la función de las células T, fundamentales para defender al organismo.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.