
La avena es uno de los cereales más versátiles, económicos y fáciles de encontrar en pulperías o supermercados. Su uso puede darle un giro saludable a cualquier platillo. Este cereal se puede consumir en cualquier momento del día, aunque existe una diferencia en el nivel de absorción de sus nutrientes dependiendo del horario de consumo.
Según la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, consumir avena en las mañanas puede ayudar a bajar de peso gracias a su alto contenido de fibra, que acelera el metabolismo y genera un efecto saciante. Esto permite tener un mejor control sobre las porciones de alimentos ingeridos durante el día.
Por otro lado, consumir avena por la noche puede reducir significativamente los niveles de azúcar y colesterol. Esto se debe a que la absorción de glucosa se hace más lenta, evitando que el cereal “caiga pesado” al estómago.
Para aprovechar al máximo los nutrientes de la avena, especialistas recomiendan consumirla con algún tipo de fruta, como banano, fresas, arándanos o manzana, y evitar añadirle azúcar extra.
Nutrientes de la avena
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, una porción de avena contiene aproximadamente 1,8 miligramos de vitamina B1 (tiamina), esencial para descomponer los azúcares de los alimentos y mantener los nervios y el corazón saludables. También aporta 1,36 mg de manganeso, cubriendo entre el 59% y el 76% de la recomendación diaria para hombres y mujeres. Este mineral fortalece los huesos, favorece la reproducción, la coagulación sanguínea y mantiene el sistema inmunitario sano.
Además, la avena es rica en fibra, lo que mejora el tránsito intestinal y combate el estreñimiento. Sus hidratos de carbono proporcionan mayor saciedad, siendo perfecta para regular el apetito. Medical News Today destaca que la avena es apta para personas que batallan con el control del azúcar en la sangre, ya que impide los picos de glucosa y mantiene una respuesta glucémica estable.
*La redacción de este contenido fue asistida con inteligencia artificial.