
Un desarrollo científico impulsado por el Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) avanza hacia el reconocimiento global. Se trata de ScorpiTAb-ICP, el primer antiveneno costarricense para escorpiones, diseñado para contrarrestar el veneno de tres especies altamente letales presentes en Norte de África y Medio Oriente: Androctonus australis, Buthus mardochei y Leiurus quinquestriatus.
Este antiveneno busca ofrecer una solución a un problema desatendido: el escorpionismo, enfermedad que afecta principalmente a poblaciones vulnerables.
Un estudio publicado por la revista Acta Trópica en 2008 indicó que más de 1,2 millones de personas sufren anualmente envenenamientos por escorpiones, con al menos 3.250 muertes.
En países como Marruecos, Egipto o Sudán, la incidencia es particularmente alta, sobre todo entre menores, personas mayores y mujeres embarazadas.
El proyecto, que reúne a más de 30 especialistas del ICP, alcanzó en solo año y medio la fase de estudios de estabilidad.
En la actualidad, lotes de ScorpiTAb-ICP se evalúan en Marruecos, con venenos locales, mediante pruebas preclínicas en ratones. La colaboración con una investigadora del Instituto Pasteur de ese país ha sido clave para este proceso.
Según datos recogidos en Marruecos entre 2016 y 2020, se reportaron 127.000 accidentes relacionados con escorpiones y 231 fallecimientos.
Aunque la tasa de mortalidad global oscila entre 0,45 % y 4,9 %, en naciones como Sudán, esta puede ser más alta, agravada por el acceso limitado a atención médica.
La producción de antivenenos contra serpientes ya había posicionado al ICP como referente mundial. Sin embargo, ScorpiTAb-ICP marca la primera incursión internacional del Instituto en la creación de un suero contra veneno de escorpión.
La decisión de desarrollar este antiveneno surgió tras el abandono del mercado por parte de una farmacéutica que fabricaba el único producto similar disponible.
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Actualmente, el ICP-UCR enfoca sus esfuerzos en lograr el registro sanitario del producto tanto en Costa Rica como en países donde se necesita. Para ello, el suero debe completar tres años de estudio de estabilidad, los cuales se cumplen en 2025. Además, se planea realizar ensayos clínicos en personas para validar su efectividad.
El equipo también proyecta ampliar los ensayos con especies de escorpiones cuyos venenos no se incluyeron en la mezcla inmunizante original, con el objetivo de confirmar una posible reactividad cruzada.
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