
A medida que pasan los años, muchas personas aseguran sentir que el tiempo transcurre más rápido. Aunque se trata de una percepción subjetiva, un grupo de científicos logró encontrar evidencia que podría explicar por qué ocurre este fenómeno.
Una investigación publicada el 30 de setiembre en la revista Communications Biology analizó el comportamiento cerebral de 577 personas entre los 18 y 88 años. El objetivo fue identificar cómo el cerebro interpreta el paso del tiempo según la edad.
Para lograrlo, los participantes observaron un fragmento de ocho minutos del episodio, parte de la serie Alfred Hitchcock Presents.
Este material audiovisual ha demostrado en estudios anteriores que genera patrones sincronizados de actividad cerebral en diferentes personas.
Mientras observaban el video, los investigadores registraron la actividad cerebral mediante resonancias magnéticas funcionales. Luego aplicaron un algoritmo llamado Greedy State Boundary Search (GSBS), el cual permitió detectar cuándo el cerebro realiza una transición entre distintos estados. Esta dinámica refleja cómo el cerebro percibe el final de un evento y el inicio de otro.

El cerebro cambia cómo percibe los eventos
Tras procesar los datos, los científicos observaron que los cerebros de los participantes de mayor edad presentaron menos transiciones entre estados neurales durante el video. Esto indica que registraron menos cambios o eventos en el mismo intervalo de tiempo.
Este patrón sugiere que, al percibir menos eventos significativos, las personas mayores sienten que el tiempo pasa más rápido. Cuantos más eventos se perciben en un período, más largo parece ese lapso cuando se recuerda.
El estudio también vinculó esta disminución de transiciones a un proceso denominado desdiferenciación neural. Este efecto ocurre de forma natural con el envejecimiento, incluso en ausencia de enfermedades neurológicas. Consiste en que las regiones del cerebro pierden su especialización, lo que afecta funciones como la memoria o la velocidad para procesar nueva información.
En personas jóvenes, grupos neuronales especializados se activan de forma clara ante estímulos sociales, como al conocer a alguien nuevo. Sin embargo, en personas mayores esa respuesta resulta menos específica, lo que podría dificultar distinguir el inicio y el final de experiencias cotidianas.
Los científicos también exploraron si existe alguna forma de contrarrestar esta sensación de que el tiempo se acelera con la edad. Según Linda Geerligs, investigadora de la Universidad de Radboud, mantenerse activo ante experiencias nuevas puede expandir la percepción temporal.
Entre las acciones recomendadas destacan aprender cosas nuevas, viajar o involucrarse en actividades que generen novedad. Además, las interacciones sociales significativas también juegan un papel clave, al contribuir con una experiencia más rica y variada del día a día.
Los expertos indican que la mente organiza la vida a través de “eventos”, que pueden identificarse tanto a nivel cerebral como conductual. En algunos experimentos, las personas deben ver películas y presionar un botón cada vez que sienten que un evento finaliza y otro comienza.
Estos límites, conocidos como modelos de eventos, suelen coincidir entre diferentes individuos y están ligados a la calidad de la memoria. A pesar del envejecimiento, la capacidad de identificar grandes bloques de eventos permanece relativamente estable, aunque la cantidad de eventos registrados por el cerebro disminuye.
Este equilibrio entre continuidad y fragmentación influye directamente en cómo percibimos el tiempo. Por eso, aunque no lo note, el tiempo puede parecer que avanza más rápido conforme usted envejece.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
