
Un grupo de dibujos rupestres con más de cinco siglos de antigüedad quedó al descubierto en la costa de Waianae, en Oahu, Hawái.
La marea baja registrada la mañana del 12 de julio dejó al descubierto un panel de 35 metros de largo con 26 petroglifos, grabados sobre piedra arenisca.
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Las figuras reaparecieron en la playa contigua al Centro Recreativo del Ejército de Pililaau, una zona pública bajo administración del Ejército de Estados Unidos.
El fenómeno natural permitió que los grabados estuvieran completamente visibles por primera vez desde el periodo entre 2016 y 2017, cuando fueron descubiertos por una pareja que caminaba por la playa.
Figuras humanas y símbolos ancestrales
El panel incluye 18 representaciones humanas y ocho formas abstractas. Algunas figuras alcanzan los 2 metros de largo. Ocho de estas figuras presentan rasgos que podrían indicar características masculinas, mientras que otras aparecen en posiciones dinámicas, posiblemente asociadas con rituales tradicionales o actividades ceremoniales.
Los investigadores consideran que estas imágenes podrían contar una historia vinculada con la agricultura y los ciclos solares, hipótesis respaldada por la presencia de una figura central con los brazos extendidos en distintas direcciones, posiblemente en referencia al amanecer y atardecer.

Zona de conservación protegida
El área donde se ubican los petroglifos forma parte de un sitio protegido. El Ejército de Estados Unidos, a través de su Programa de Manejo de Recursos Culturales, colabora con comunidades nativas hawaianas para la conservación de más de 1.800 sitios arqueológicos en Oahu y la Isla del Hawaí.
El equipo utiliza herramientas como fotogrametría 3D para crear modelos digitales y facilita visitas culturales para grupos nativos, así como capacitaciones para militares sobre la importancia de respetar estos lugares.
Aunque el acceso a los petroglifos es público, la exposición prolongada podría generar daños. Por esta razón, se han establecido visitas guiadas limitadas, y se promueve el acceso virtual mediante réplicas tridimensionales.
Los grabados quedaron esculpidos en arenisca consolidada, un material geológico resistente que ha protegido las figuras por siglos. La reapertura del panel tras varios años obedece a cambios estacionales en la marea y la energía de las olas, según explicó el equipo arqueológico encargado del monitoreo.
Estos vestigios, que podrían tener hasta 600 años de antigüedad, permanecen como testimonios de la conexión espiritual y cultural entre el pueblo hawaiano ancestral y su entorno.

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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.