En el estado de Utah, Estados Unidos, existe un ser vivo que desafía la imaginación. A simple vista, parece un bosque de álamos temblones; sin embargo, bajo la tierra esconde un asombroso secreto: todos sus árboles forman parte de un solo organismo. Este ser, llamado Pando, se extiende por 43 hectáreas y está compuesto por aproximadamente 47.000 árboles conectados mediante un sistema de raíces subterráneas, informó la BBC.
Pando se considera uno de los organismos más grandes y pesados del planeta, con un peso estimado de 6.000 toneladas. Aunque parece un conjunto de árboles individuales, todos comparten el mismo material genético, lo que los convierte en un solo ser vivo. Este fenómeno ha intrigado a los científicos durante décadas, quienes estudian su origen y antigüedad.
El geógrafo Paul Rogers explicó al medio citado que este “bosque clonal” es, en realidad, un único árbol que se ha replicado a lo largo del tiempo mediante brotes de sus raíces. Este tipo de reproducción vegetativa ha permitido que Pando sobreviva miles de años, enfrentando diversas amenazas naturales y climáticas. Sin embargo, su edad exacta ha sido un tema de debate.
Un estudio reciente, liderado por la bióloga Rozenn Pineau, logró datar por primera vez la edad de Pando mediante análisis genético de sus células. Los científicos recolectaron muestras de hojas, corteza y raíces en busca de mutaciones somáticas, cambios en el ADN que ocurren con el tiempo. Según este estudio, Pando tiene al menos 16.000 años, lo que lo convierte en uno de los seres vivos más longevos del mundo.
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Los expertos señalan que esta datación es conservadora y que Pando podría ser incluso más antiguo. Las estimaciones más extremas sugieren que podría tener hasta 81.000 años, lo que implicaría que ha estado presente desde la última era glacial. Este hallazgo ha renovado el interés por la conservación de este gigante clonal, cuya longevidad está amenazada por la actividad humana y el cambio climático.
Pando no solo es un testimonio del poder de la naturaleza para adaptarse y sobrevivir, sino que también representa un desafío para la conservación. Los científicos advierten que, pese a su antigüedad, Pando enfrenta peligros derivados de la intervención humana, como el pastoreo excesivo y los incendios forestales.
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A medida que se realizan más investigaciones, los expertos esperan que el conocimiento adquirido sobre Pando permita proteger no solo este organismo, sino también otros ecosistemas clonales del mundo que podrían estar en peligro sin que lo sepamos.