¿Puede la presión internacional frenar la deforestación en Brasil y otras partes del mundo? Para Carlos Manuel Rodríguez, jerarca del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), la respuesta es no.
“No es un tema de presión política, o sea, nada logramos poniéndole presión a los países tropicales para parar la deforestación, si el mercado o los incentivos no están en su lugar”, indicó el ministro ante una consulta de La Nación.
“Brasil y sus políticas generan deforestación porque ellos quieren desarrollo económico y crecimiento. Más que presión política, debemos hacer funcionar los mecanismos forestales internacionales como REDD+ que facilitaría el pago a los países en desarrollo por el valor del carbono almacenado en sus bosques”, añadió.
Rodríguez reconoció que Costa Rica mira con preocupación las políticas del gobierno de Jair Bolsonaro, en Brasil, particularmente en cuanto al uso que se quiere hacer de los territorios indígenas para el desarrollo de actividades productivas; la expansión de la ganadería y el cultivo de soya; así como el interés en impulsar la minería y los proyectos hidroeléctricos.
“Estamos muy preocupados en el contexto de cambio climático y la pérdida de diversidad biológica, pero también desde el punto de vista de derechos de las comunidades indígenas y campesinas sobre la tierra y los servicios ambientales”, señaló.
Otros casos
Pero no es solo el caso brasileño el que llama la atención de nuestro país, también lo que ocurre en las cuencas de los ríos Congo (en África) y Mekong (en Asia). Además, de la creciente tendencia en las cifras de deforestación de otros países, donde no se ha dado un cambio en el régimen político, pero la práctica continúa en detrimento del medio ambiente.
Por ejemplo, Brasil estuvo acompañada por otras tres naciones sudamericanas en la lista de los 10 países que más perdieron hectáreas de bosques tropicales primarios en 2018, según la organización Global Forest Watch.
Brasil registró 1.347.132 hectáreas perdidas, casi tres veces más que el segundo lugar, la República Democrática del Congo con 481.248 hectáreas. En el tercer lugar aparece Indonesia, seguida de Colombia con 176.977 hectáreas y Bolivia con 154.488 hectáreas.
El sexto sitio lo ocupa Malasia y en el sétimo escalón aparece Perú con 140.185 hectáreas. La lista la cierran Madagascar, Papúa Nueva Guinea y Camerún.
“Si esa deforestación continúa, no vamos a lograr el objetivo de los 1,5 °C que la comunidad científica climática ha recomendado (para limitar el calentamiento global)”, advirtió Rodríguez.
Alternativa
Según Rodríguez, hasta el tanto el REDD+ no funcione a nivel mundial no se va a revertir la reforestación.
“Aquí hay una responsabilidad muy importante de los países industrializados, que son los que ponen la plata para REDD+, para que hagan esa movilización de recursos y sobre todo la lucha que estamos dando y liderada por Costa Rica, de que el precio por carbono forestal de $5 por tonelada no va a ayudar en absoluto a revertir los niveles de deforestación”, dijo.
El ministro considera necesario que el precio del carbono sea de al menos $20 para que resulte atractivo a las naciones, ya que en la actualidad “nos ofrecen cuatro o tres veces menos”.
Es un tema de ponernos de acuerdo de cómo desarrollar un mercado global de carbono forestal y que ese mecanismo global tenga y haga un pago por un precio justo a los países en vías de desarrollo", concluyó.