
La ropa mojada que se deja secar durante los días fríos suele generar confusión. En muchas ocasiones, las prendas parecen haber perdido la humedad pero continúan sintiéndose frías al tacto. Esto puede hacer que se guarden cuando aún no están completamente secas, lo que provoca malos olores o deterioro en las fibras.
En estaciones frías, secar la ropa en exteriores se vuelve un desafío. La humedad del ambiente y las bajas temperaturas ralentizan el proceso de secado, especialmente en prendas gruesas como toallas o suéteres. Además, algunas pueden endurecerse o congelarse, lo que genera la falsa sensación de estar húmedas.
Guardar ropa sin haberla secado bien puede generar mal olor o propiciar la aparición de moho. También reduce la vida útil del tejido, sobre todo en prendas delicadas. Por esta razón, es clave distinguir si la tela conserva humedad o si solo está fría.
El truco de los labios: una solución rápida y eficaz
Investigadores del TermosenseLab de la Universidad de Southampton en Reino Unido señalaron que las personas no pueden detectar la humedad directamente con las manos. Lo que en realidad se percibe es la temperatura del objeto.
En cambio, los labios tienen mayor sensibilidad. Para aplicar el método, se recomienda acercarlos a la prenda, como si se diera un beso suave. Si el contacto produce una sensación fría, significa que aún hay humedad. Si, por el contrario, se calientan rápidamente, la ropa ya se encuentra seca.
Otras formas de comprobar si la prenda está lista
Además del truco con los labios, existen otros métodos sencillos que permiten verificar si la tela necesita más tiempo de secado:
- Presión con los dedos: al comprimir la tela, se puede notar si hay humedad entre las fibras. Si se percibe una sensación de frío húmedo o mojado, la prenda sigue húmeda. Si solo está fría, esa sensación desaparece en contacto con el calor corporal.
- Peso de la ropa: una prenda húmeda siempre pesa más que una seca. Esto es más evidente en tejidos como el algodón. Una ligera sacudida también puede indicar si la rigidez proviene del frío o de la humedad.
- Movimiento del aire: si después de colgar la ropa en un sitio ventilado no se siente ningún cambio de textura o temperatura en varias horas, probablemente ya esté seca.
Usar estos métodos puede evitar el error de guardar ropa húmeda y así preservar su buen estado y evitar malos olores en el armario.

*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de una agencia de noticias y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
