
Emma Maria Mazzenga, una italiana de 92 años residente en Padua, se mantiene como una figura insólita en el atletismo mundial. A su edad, continúa participando en competencias de pista y acumula cuatro récords mundiales en categoría máster, pese a que cada vez enfrenta menos rivales en su grupo etario.
En 2023, marcó un hito en los 200 metros al aire libre para mujeres mayores de 90 años con un tiempo de 51,47 segundos. Un mes más tarde, superó su propio registro por un segundo. En ambas competencias, corrió sola.
Un grupo de científicos en Italia y Estados Unidos estudia actualmente la musculatura, el sistema nervioso y las mitocondrias de esta deportista para entender cómo es posible que conserve una condición física tan sobresaliente a su edad.
Según las evaluaciones, su capacidad cardiorrespiratoria se asemeja a la de una persona de 50 años, y la función mitocondrial de sus músculos equivale a la de una persona saludable de 20 años.
La historia de Mazzenga fue reportada por el diario The Washington Post, medio que también dio a conocer que los hallazgos forman parte de un estudio internacional liderado por universidades como la de Pavía, en Italia, y Marquette, en Estados Unidos.
Un perfil ideal para la ciencia
Simone Porcelli, profesor de fisiología humana en la Universidad de Pavía, indicó a The Washington Post que identificó a Mazzenga como la candidata perfecta para una investigación que sigue desde hace años la evolución muscular de adultos mayores.
Durante una sesión de pruebas, los especialistas extrajeron una pequeña muestra de músculo del cuádriceps de la atleta. Este tejido fue enviado a Marquette, en Estados Unidos, para su análisis.
Bajo el microscopio, encontraron que las fibras musculares de tipo lento, asociadas con la resistencia, tenían características propias de personas jóvenes. También observaron un flujo sanguíneo y conexiones nerviosas en excelente estado.
Por otra parte, sus fibras de contracción rápida, esenciales para la velocidad, mostraron una condición normal para alguien de 70 años. Aunque Mazzenga ha experimentado cierta pérdida muscular relacionada con la edad, los expertos concluyeron que la salud de sus mitocondrias y su eficiente oxigenación muscular compensan ese deterioro.
Los investigadores planean publicar al menos tres artículos científicos derivados del estudio, cuyos primeros resultados fueron presentados en congresos realizados en Baltimore e Italia
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Una vida activa sin pausas
Emma Maria Mazzenga relató al The Washington Post que comenzó a correr a los 19 años mientras estudiaba Ciencias Biológicas en la Universidad de Padua. Tras una pausa de 25 años para dedicarse a su familia, regresó al deporte a los 53 años.
En la actualidad entrena entre dos y tres veces por semana. Alterna sus sesiones entre la pista del Estadio Colbachini y una zona cercana al río, en Padua. Además, camina en sus días de descanso. Dijo al medio estadounidense que nunca pasa un día completo dentro de su casa.
Sus rutinas de entrenamiento duran cerca de una hora e incluyen calentamiento, carreras cortas y prácticas a la distancia que planea competir. Aconseja a otras personas mayores consultar primero con un médico y mantener constancia si desean retomar o iniciar actividades físicas.
Durante la pandemia de covid-19, entrenó en un pasillo de 20 metros dentro de su casa o salía a correr durante la noche alrededor de la cuadra.
Mazzenga afirmó que no sigue una dieta específica. Cocina alimentos básicos como carne, pescado, huevos, arroz y pasta. Evita comer tres horas antes de entrenar.
Actualmente se prepara para participar en las pruebas de 100 y 200 metros en setiembre en Catania, Italia. Después de esa competencia, planea volver al laboratorio para una nueva jornada de análisis y empezar la preparación para la temporada de invierno, que se llevará a cabo bajo techo.
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