
Un descubrimiento arqueológico en Osijek, ciudad ubicada en el este de Croacia, reveló un pozo romano antiguo que contenía los restos óseos de siete soldados. El hallazgo ofrece indicios sobre la violencia extrema ocurrida durante la Batalla de Mursa, un enfrentamiento ocurrido en el año 260, durante la crisis del siglo III que desestabilizó al Imperio Romano.
El depósito, clasificado como SU 233/234, fue encontrado en 2011 durante los trabajos de construcción de una biblioteca universitaria. La profundidad del pozo alcanzaba los tres metros, y allí fueron localizados los esqueletos de siete hombres adultos, dispuestos de manera irregular, algunos incluso boca abajo o sobrepuestos. El estudio fue publicado este miércoles 15 de octubre en la revista científica PLOS ONE.
Los cuerpos mostraban heridas letales y signos de entrenamiento militar
La datación por radiocarbono, junto con una moneda del año 251 localizada entre los restos, permitió situar la muerte de los individuos en la segunda mitad del siglo III. En ese periodo, el Imperio enfrentaba guerras internas, invasiones y fragmentación política.
Los análisis antropológicos indicaron que todos eran varones adultos. Cuatro de ellos tenían entre 18 y 35 años, y tres entre 36 y 50 años. Los huesos presentaban señales de robustez muscular, marcas asociadas a entrenamiento físico intenso, desgaste por esfuerzo repetitivo en extremidades y columna vertebral, características propias de quienes formaban parte de una milicia profesional.
Tres esqueletos presentaban lesiones perimortem —ocurridas poco antes de morir— compatibles con combate cuerpo a cuerpo. Uno de los individuos, identificado como SK 4, tenía una herida perforante en el esternón, otra en el húmero y fractura dental.
Otro, SK 5, mostraba una perforación en la cadera, compatible con un ataque desde atrás. Todos los restos también revelaban señales de infecciones pulmonares activas, probablemente causadas por las condiciones sanitarias adversas en campañas militares.
El análisis genético demostró que ninguno de los siete soldados tenía relación con la población local de la Edad del Hierro. Las muestras reflejaron una diversidad étnica amplia. Algunos tenían ascendencia del norte de Europa, otros del Mediterráneo oriental, del Mar Negro y de regiones centroeuropeas.
Este dato coincide con el reclutamiento multicultural del ejército romano tardío, donde se integraban combatientes de diferentes regiones del imperio, incluidos pueblos sármatas, sajones y galos, entre otros.
Vínculo con la batalla entre Galiano e Ingenuo
La ubicación del pozo, la cronología de los restos y el contexto histórico apuntan a que los hombres podrían haber participado en la Batalla de Mursa. Este conflicto se dio entre el emperador Galiano y su rival, el general Ingenuo, quien intentó usurpar el poder.
Después de la victoria, las fuentes antiguas señalan que Galiano ordenó ejecutar a los soldados sobrevivientes del ejército rebelde. Por ese motivo, se presume que los siete hombres encontrados fueron seguidores de Ingenuo, eliminados de forma sumaria tras la derrota y descartados en el pozo sin ceremonia.
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