
Un siglo después de que el británico Percy Harrison Fawcett desapareciera en el Mato Grosso, Brasil, su historia vuelve a captar atención mundial gracias a la Expedición Río-Cartagena, que sigue los pasos del mítico explorador.
Fawcett, oficial del ejército y apasionado por la arqueología y el ocultismo, creía en la existencia de una antigua ciudad perdida a la que llamó “Ciudad Z”, ubicada en las profundidades del territorio sudamericano.
El viaje comenzó el 1.° de setiembre en Río de Janeiro. El grupo, liderado por el brasileño Maurício Acklas, tiene como objetivo recorrer 32.000 km en 100 días, visitando sitios arqueológicos en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. El propósito de esta ruta es recopilar pistas que permitan comprender mejor el trabajo de Fawcett y reconstruir parte de su travesía.
Hasta el momento, la expedición ha explorado 45 sitios arqueológicos y 15 museos, además de realizar entrevistas con historiadores y arqueólogos. También han recorrido aproximadamente 18.000 km y se encuentran ahora en el Lago Guatavita, en Colombia, un sitio con fuerte significado cultural, ya que fue escenario de rituales de los muíscas que dieron origen a la leyenda de El Dorado.
La búsqueda incluye vestigios de civilizaciones precolombinas como Ingapirca, en Ecuador, o las ciudades de Chan Chan y Caral, en Perú, donde existen pirámides tan antiguas como las de Egipto. Según Acklas, cada país ofrece claves que podrían acercar a su equipo al paradero de Fawcett o a la posible ubicación de la misteriosa ciudad, que, según algunas teorías, habría sido fundada por descendientes del pueblo atlante hace 15.000 años.
Los exploradores viajan en un vehículo llamado “Enzo”, adaptado para terrenos difíciles. Documentan su travesía en una serie gratuita y semanal en YouTube, subtitulada en inglés y español. La producción busca conectar al público con el proceso de investigación, las dificultades logísticas y las narrativas culturales descubiertas en el camino.
Acklas explicó que el uso de redes sociales busca amplificar el alcance de la expedición, acercando al público a los pueblos originarios y a sus cosmovisiones. La expedición también involucra a Vinícius de Souza, productor que reemplazó a Alberto Luz, quien debió regresar por problemas de salud. Desde São Paulo, Naiara Talita brinda apoyo logístico al equipo.
El interés de Acklas por Percy Fawcett surgió en 2020, tras leer un artículo sobre exploradores desaparecidos. Desde entonces, estudió las obras relacionadas y emprendió viajes a los sitios mencionados por el coronel británico. Fawcett, un personaje clave en las exploraciones del siglo XX, inspiró la figura de Indiana Jones. Se caracterizaba por preferir expediciones con poco personal, lo que aumentaba los riesgos de aislamiento.
Durante su carrera, Fawcett exploró el Cerrado, la Caatinga y la Amazonía brasileña. Sus últimas comunicaciones datan del 29 y 30 de mayo de 1925, y fueron enviadas desde la actual Unión del Sur, en Mato Grosso. Informó que uno de sus compañeros se encontraba herido, pero después de esas cartas, no se recibió ningún otro mensaje.
En 1928, la North American Newspaper Alliance, que financiaba la expedición, organizó una búsqueda liderada por George Dyott. Algunos indígenas aseguraron haber visto al grupo, pero afirmaron que no regresaron. Dyott concluyó que los tres exploradores habrían muerto por enfermedad, hambre o ataques de animales.
En las décadas posteriores, múltiples rumores afirmaron que Fawcett aún vivía. En 1943, el periodista Edmar Morel afirmó haber encontrado un supuesto nieto albino del explorador, llamado Dulipé, en el Xingu. Sin embargo, la familia desmintió esta versión, y la historia fue desacreditada.
En 1951, los hermanos Villas-Bôas lideraron una nueva expedición, acompañados por Brian Fawcett, hijo del explorador. En esa ocasión, indígenas kalapalos aseguraron haber dado muerte a tres hombres blancos tras un conflicto, y mostraron una tumba que atribuían al grupo. No obstante, la Royal Anthropological Institute descartó que los restos pertenecieran a Fawcett.
Con el tiempo, tanto la historia del supuesto nieto como la identificación de la osamenta fueron desmentidas. El paradero de Fawcett sigue sin esclarecerse, y su figura perdura como un símbolo entre la historia y el mito.
La historiadora Deborah Lavorato Leme, quien investigó el caso, subrayó que el misticismo formaba parte del pensamiento científico de la época. A su juicio, el legado de Fawcett se mantiene por la combinación de su desaparición y su búsqueda de una civilización perdida. Además, agregó que expediciones como la actual ayudan a comprender cómo se entrelazan la memoria, la historia y el imaginario colectivo de América del Sur.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
