
Un nuevo estudio arqueológico reveló que antiguas civilizaciones del sudeste asiático y China ya practicaban técnicas de momificación hace más de 10.000 años.
Este método empleaba humo para secar los cuerpos de los difuntos, lo que permitió su conservación en regiones de clima tropical y húmedo.
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Las momificaciones más conocidas hasta ahora eran las de Egipto, iniciadas hace 4.500 años, y las del pueblo Chinchorro en Chile, donde el aire seco del desierto favorecía la desecación natural. Sin embargo, los nuevos hallazgos sitúan a Asia como el origen más antiguo de este tipo de prácticas funerarias.
Los investigadores hallaron esqueletos en posición encogida y con rastros de quemaduras en sitios arqueológicos de países como China, Vietnam, Filipinas, Laos, Tailandia, Malasia e Indonesia.
Estas condiciones llevaron a los expertos a plantear que los cuerpos fueron secados al humo, un método aún utilizado en algunas regiones de Papúa, Indonesia.
Algunos restos datan de hace más de 10.000 años, lo que demuestra que estas civilizaciones desarrollaron formas de conservación de cadáveres miles de años antes de lo estimado.
La investigadora Hsiao-chun Hung, de la Universidad Nacional de Australia, afirmó que estos hallazgos resultaron inesperados por la antigüedad de los huesos y por la complejidad del ritual funerario.
Según los científicos, el secado con humo no solo era una solución práctica frente a la descomposición en ambientes tropicales, sino que también tenía un significado espiritual profundo.
En varias sociedades de Indonesia y Australia, los cuerpos se amarraban y se colocaban sobre un fuego constante durante meses.
Esta tradición permitía a las familias mantener contacto visual con el difunto e incluso se creía que el espíritu salía durante el día y regresaba al cuerpo por la noche.
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