
Un reciente estudio científico plantea que el universo podría estar en fase de desaceleración en lugar de continuar su expansión acelerada. Esta conclusión contradice una de las teorías más consolidadas de la cosmología moderna, aceptada desde 1998.
La investigación fue publicada este jueves 6 de noviembre en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. El trabajo reexaminó datos clave sobre supernovas tipo Ia, utilizadas como referencias estándar para medir distancias cósmicas.
El análisis fue liderado por el profesor Young-Wook Lee, de la Universidad Yonsei, en Corea del Sur. Su equipo descubrió que las supernovas no serían tan uniformes como se asumía desde los años 1990. La luminosidad de estas explosiones varía dependiendo de la edad de las estrellas que las originan.
Estrellas más jóvenes producen supernovas más débiles. En cambio, las más antiguas generan explosiones más brillantes. Esta diferencia, no considerada en modelos anteriores, habría afectado la estimación de distancias y, con ello, las conclusiones sobre la aceleración cósmica.
Modelo estándar bajo presión
Tras corregir el sesgo detectado, el modelo ΛCDM, que asume una energía oscura constante, ya no se ajustó correctamente a los datos. Este modelo es la base de la cosmología actual.
El equipo analizó 300 galaxias con supernovas tipo Ia. Con un nivel de confianza del 99,999%, concluyó que el oscurecimiento de las supernovas lejanas también se debe a la evolución estelar y no únicamente a efectos del universo en expansión.
Al combinar estos datos con información de oscilaciones acústicas de bariones (BAO) y de la radiación cósmica de fondo (CMB), los investigadores observaron un panorama en el cual la energía oscura se debilita con el tiempo.
¿Hacia un colapso cósmico?
De continuar esa tendencia, la energía oscura podría perder fuerza hasta volverse negativa. Esto detendría la expansión actual y daría paso a un proceso de contracción del universo, un escenario conocido como “Big Crunch”, opuesto al Big Bang.
Desde 1998, la comunidad científica ha defendido que el universo se expande de forma acelerada. Esa visión llevó al descubrimiento de la energía oscura y al Premio Nobel de Física en 2011.
El profesor Lee comparó esta posible corrección conceptual con abotonar una camisa empezando por el botón equivocado. Si el primer cálculo es erróneo, todo el modelo debe ser replanteado.
Debate científico sigue abierto
Otra investigación independiente, del proyecto Dark Energy Spectroscopic Instrument (DESI), también indicó una posible variación temporal de la energía oscura. La coincidencia de ambos estudios incrementó el interés en la comunidad científica.
Sin embargo, varios expertos permanecen escépticos y subrayan la necesidad de más pruebas. Por ello, la Universidad Yonsei planea realizar un “test libre de evolución”, que comparará únicamente supernovas en galaxias de igual edad, pero en distintos momentos del tiempo cósmico.
Este nuevo esfuerzo utilizará información del Observatorio Vera C. Rubin, en Chile. Esa instalación detectará más de 20.000 nuevas galaxias con supernovas tipo Ia durante los próximos cinco años.
Los resultados podrían aportar claridad sobre el futuro del universo y el comportamiento real de la energía oscura.
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