
Un sello de arcilla de 2.600 años fue descubierto en Jerusalén y ha despertado el interés de arqueólogos e investigadores bíblicos. El objeto fue hallado en el marco del Proyecto de Tamizado del Monte del Templo, una iniciativa que desde hace más de dos décadas examina toneladas de sedimentos del lugar sagrado.
La pieza mide lo mismo que una moneda y es una bula, es decir, una impresión de arcilla usada para sellar documentos o almacenes en la antigüedad. El texto inscrito, en escritura paleohebrea, dice: “Perteneciente a Yeda’yah (hijo de) Asayahu”. Este último nombre es una forma extendida de Asaías, un servidor del rey Josías mencionado en el relato bíblico.
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El hallazgo fue realizado por Mordechai Ehrlich, quien identificó la bula entre restos óseos. Posteriormente, fue analizada con tecnología de Transformación de Reflexión (RTI), lo que permitió leer con precisión la inscripción casi intacta, algo inusual incluso entre las 500.000 piezas procesadas por el proyecto desde 1999.
El arqueólogo Zachi Dvira, codirector del proyecto, explicó que el nombre Asayahu contiene el sufijo “yahu”, un elemento común en la época que denota conexión con Dios (YHVH). Esto sugiere que el sello pertenecía a un alto funcionario del reino de Judá, en el siglo VII a. C., quien operaba en los niveles administrativos más altos.
De acuerdo con la Biblia Hebraica, durante las obras de restauración del Primer Templo, se encontró un pergamino antiguo conocido como el Libro de la Ley (Sefer haTorah). El texto advertía sobre castigos divinos como hambre, sequía y derrotas militares si el pueblo desobedecía los mandatos religiosos.
El rey Josías, que entonces tenía aproximadamente 26 años, reaccionó con desconsuelo al recibir la noticia. Según el relato bíblico, rompió sus vestiduras y ordenó reformas religiosas radicales, entre ellas, la destrucción de ídolos, el cierre de santuarios paganos y la restauración del culto a Javé en todo el reino.
Uno de los emisarios del rey, identificado como Asaías, figura en los textos como “siervo del rey”. Su nombre aparece también en el sello encontrado, en una versión ampliada con componente teofórico, lo que sugiere una posible coincidencia con el personaje bíblico, aunque los investigadores advierten que no se puede afirmar con certeza absoluta.
El Monte del Templo es considerado un sitio sagrado tanto para judíos como para musulmanes. Por esa razón, las excavaciones arqueológicas directas están prohibidas. El material que se analiza provino de una reforma no autorizada entre 1996 y 1999, realizada por el Movimiento Islámico, que extrajo 9.000 toneladas de tierra del lugar y las desechó en el Valle del Cedrón.
Esa tierra dio origen al Proyecto de Tamizado, dirigido por Gabriel Barkay y Zachi Dvira, donde se han recuperado numerosos artefactos de distintas épocas, entre ellos esta bula que podría conectar la arqueología con un relato de juicio divino registrado en la Biblia.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.