
Un eclipse solar total cruzará el hemisferio oriental el 2 de agosto de 2027. El fenómeno tendrá una duración máxima de 6 minutos y 22 segundos en su fase de totalidad, lo que lo convierte en el eclipse solar más extenso sobre tierra firme del siglo XXI.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés) confirmó los detalles del evento, que será visible de forma parcial desde regiones de Europa, África y Asia. Sin embargo, la fase total —cuando la Luna bloquea completamente la luz del Sol— solo podrá observarse en una franja de 258 kilómetros de ancho que atravesará diez países.
La plataforma especializada Eclipse Wise señaló que la zona de totalidad se extenderá por más de 15.227 kilómetros, cruzando España, Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Sudán, Arabia Saudita, Yemen y Somalia. La sombra abarcará un área de 2,5 millones de kilómetros cuadrados, apenas una pequeña parte del total de la superficie terrestre.
El fenómeno pertenece a la serie Saros 136, conocida por generar eclipses con totalidades especialmente largas. El siguiente eclipse que supere esta duración no ocurrirá hasta el año 2114.
Qué lo hace tan especial
La razón detrás de esta duración inusual radica en la posición de la Luna. En ese momento, estará en el perigeo, su punto más cercano a la Tierra. Esa proximidad amplía la sombra proyectada por la Luna y permite una cobertura solar total durante más tiempo.
La fase de totalidad se experimentará como un crepúsculo temporal. Según explicó Space.com, no se trata de una noche completa, sino de una breve oscuridad de 360 grados en pleno día.
Desmienten información falsa
En redes sociales se han compartido publicaciones que afirman que el mundo quedará completamente a oscuras por seis minutos y que esto no volverá a repetirse en 100 años. Esa afirmación es incorrecta. Si bien el eclipse tendrá una duración significativa, la oscuridad solo se apreciará dentro de la franja de totalidad.
Además, en agosto no ocurrirá ningún otro eclipse. El siguiente fenómeno astronómico será un eclipse solar parcial el 21 de setiembre, visible desde el océano Pacífico, incluyendo zonas como Fiji, Tahití y Nueva Zelanda.
Un evento para observar con cuidado
Este tipo de fenómenos requiere condiciones óptimas de visibilidad y seguridad para la observación. Algunas zonas recomendadas dentro de la franja de totalidad son Tarifa, en España, las playas de Túnez y la ciudad egipcia de Luxor. En estos lugares, si el cielo está despejado, será posible presenciar el momento exacto en que el Sol se oscurezca por completo.
Este eclipse no solo será el más largo del siglo. También representará una oportunidad única para la investigación científica y para el turismo astronómico.
¿Por qué se producen los eclipses de sol?
Según el sitio oficial de la NASA un eclipse solar comienza con una alineación casi perfecta entre el Sol, la Luna y la Tierra: cuando la Luna se interpone entre el Sol y nuestro planeta, proyecta su sombra sobre la Tierra y, por breve tiempo, bloquea parcial o totalmente la luz del Sol.
Esta danza cósmica no ocurre cada luna nueva, ya que la órbita de la Luna está inclinada en unos cinco grados respecto al plano de la órbita terrestre, lo que hace que la sombra del satélite casi siempre pase por encima o por debajo del Sol desde nuestra perspectiva.
Existen varios tipos de eclipse solar, y cada uno depende del grado de cobertura del Sol por parte de la Luna. En un eclipse total, la Luna bloquea completamente el disco solar desde ciertos lugares de la Tierra y por unos minutos se puede contemplar la pálida corona del Sol, normalmente oculta por el resplandor de su superficie.
En un eclipse anular, la Luna se encuentra un poco más lejos de la Tierra y no cubre por completo al Sol, dejando un anillo luminoso alrededor del disco lunar.
En los eclipses parciales, solo una parte del Sol queda cubierta, pues la alineación no es perfecta, y por último los híbridos pueden comportarse como total o anular según el lugar desde donde se observen.

Así vivió Costa Rica el último eclipse total de sol en 1991
El 11 de julio de 1991 quedó marcado en la memoria colectiva de Costa Rica como un día en que el asombro y la ciencia se encontraron bajo un cielo transformado.
A las 2:01 p. m., el Sol desapareció por casi siete minutos, sumiendo al país en una breve “noche” en pleno día.
El país tuvo una posición privilegiada para observar el eclipse en toda su magnitud. La sombra lunar ingresó por Playas del Coco, cruzó ciudades guanacastecas como Filadelfia y Belén, atravesó el golfo de Nicoya y continuó por la costa pacífica, alcanzando Parrita, Quepos, Puerto Cortés y Golfito.
Las condiciones meteorológicas fueron óptimas, lo que permitió una visión clara del fenómeno.

