
La Tierra alcanzó su primer “punto de no retorno” climático, según un estudio de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido.
La investigación determinó que el colapso global de los arrecifes de coral de aguas cálidas representa un cambio irreversible, que marca la transición de una amenaza futura a una realidad presente.
El punto de no retorno señala el momento en que una alteración ambiental se vuelve autónoma e irreversible, aun si se revierten las condiciones que la provocaron.
En el caso de los corales, el aumento de las temperaturas oceánicas provocó un blanqueamiento masivo, proceso en el que los corales expulsan las algas que les aportan nutrientes y color. Sin ellas, los arrecifes mueren por falta de alimento.
Desde enero de 2023, el cuarto evento mundial de blanqueamiento afectó más del 84% de los ecosistemas de coral del planeta, según los investigadores. En Australia, grandes sectores de la Gran Barrera de Coral colapsaron tras olas de calor marinas históricas.
El informe, firmado por 160 científicos de decenas de instituciones internacionales, advierte que con 1,4 °C de calentamiento global, los corales tropicales ya superaron su umbral térmico y sufren una pérdida de biodiversidad sin precedentes.
Los expertos señalaron que los episodios de perturbación se volvieron tan frecuentes que los arrecifes ya no disponen de tiempo para recuperarse, lo que indica un colapso permanente.
El estudio de la Universidad de Exeter forma parte de una serie de evaluaciones sobre la cercanía de la Tierra a unos 20 posibles puntos de inflexión planetarios, entre ellos el derretimiento del hielo de la Antártida y Groenlandia, el deshielo del permafrost y la muerte progresiva de la selva amazónica.
En versiones previas, el grupo de investigación advertía sobre la proximidad de esos riesgos, pero sin confirmar que alguno se hubiera alcanzado. La nueva evaluación concluye que la crisis de los corales constituye la primera transición climática irreversible documentada.
Incluso si las temperaturas globales se estabilizan en 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, meta central del Acuerdo de París, los corales seguirán desapareciendo.
Para conservar parte de estos ecosistemas, los científicos estiman que sería necesario enfriar el planeta hasta cerca de 1 °C, lo que implicaría extraer dióxido de carbono de la atmósfera.
El colapso de los arrecifes de coral no solo es una advertencia ecológica; es una señal inequívoca de que el planeta ya entró en una nueva fase de la crisis climática. Los especialistas advierten que otros sistemas vitales de la Tierra podrían estar cerca de seguir el mismo camino.
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