
La atmósfera primitiva de Marte habría ofrecido condiciones favorables para la vida gracias a la presencia de gases volcánicos ricos en azufre, según un estudio de la Universidad de Texas en Austin.
La investigación, publicada en la revista Science Advances, utilizó más de 40 simulaciones por computadora para analizar las posibles composiciones atmosféricas del Marte de hace entre 3.000 y 4.000 millones de años.
El equipo trabajó con datos obtenidos de meteoritos, y evaluó distintos escenarios con variables como temperatura, química atmosférica y concentraciones de carbono, nitrógeno y azufre.
Los modelos climáticos anteriores habían planteado la existencia de altas concentraciones de dióxido de azufre (SO₂). Sin embargo, este nuevo estudio sugiere que el azufre en estado químicamente reducido habría sido predominante. Estas formas incluyen sulfuro de hidrógeno (H₂S), disulfuro (S₂) y posiblemente hexafluoruro de azufre (SF₆), un gas con un poderoso efecto invernadero.
Según el equipo científico, la presencia de estas sustancias pudo haber provocado un efecto climático que permitió la retención de calor y agua líquida en la superficie. En la Tierra, ambientes con características similares existen en sistemas hidrotermales que sustentan diversas formas de vida microbiana.
El estudio también profundizó en la forma en que el azufre cambiaba mientras se desplazaba por el subsuelo. Los investigadores analizaron cómo este elemento se separaba de otros minerales al entrar en contacto con magma bajo la corteza, lo que permitió conocer su estado químico antes de llegar a la superficie.
Esto resulta relevante porque, al alcanzar la atmósfera, estos compuestos pueden modificar el clima y actuar como fuente de energía para ciertos microbios.
Mientras que los meteoritos contienen altas concentraciones de azufre reducido, la superficie del planeta muestra formas más oxidadas, lo cual sugiere que el ciclo del azufre fue un proceso clave en la evolución química del planeta rojo.
Un descubrimiento de la NASA reforzó la teoría
Durante el desarrollo del estudio, un hallazgo del rover Curiosity, de la NASA, aportó evidencia que respalda esta hipótesis. El vehículo automatizado rompió una roca y dejó expuesto azufre elemental en estado puro, un tipo de mineral que no se había identificado en la superficie de Marte.
Para el equipo de investigación, este descubrimiento coincidió con sus modelos, los cuales predecían que, al liberarse el disulfuro (S₂), este precipitaría en forma de azufre elemental.
El grupo de científicos planea continuar con simulaciones para determinar si la actividad volcánica marciana también aportó agua a la superficie. Además, estudian si las formas reducidas de azufre pudieron haber funcionado como alimento para microbios, tal como sucede en ambientes hidrotermales terrestres.
Actualmente, Marte registra una temperatura promedio de -62 °C, pero los expertos creen que las condiciones climáticas del pasado pudieron haber sido más cálidas. El objetivo ahora es estimar cuánto tiempo persistió ese clima cálido y si fue suficiente para permitir la existencia de vida microbiana.
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