
La carrera espacial entrará en una fase decisiva en 2026, con una agenda cargada de lanzamientos y misiones que tendrán como principales destinos la Luna y Marte. Estados Unidos y China liderarán los planes, mientras Rusia enfrentará serias limitaciones operativas.
Tras un 2025 marcado por avances en cohetes, observatorios y satélites, el próximo año concentrará misiones científicas, vuelos tripulados y proyectos comerciales. La exploración lunar y marciana dominará el interés global.
Uno de los ejes de la agenda será el despliegue de telescopios y observatorios espaciales. Estas plataformas permiten estudiar galaxias, estrellas, planetas, cometas y asteroides. Durante el año anterior, el cometa 3I/ATLAS generó múltiples teorías y reforzó el interés por este tipo de misiones.
Para 2026, las misiones a cometas y asteroides ocuparán un lugar relevante. Las agencias espaciales enviarán sondas de sobrevuelo para analizarlos, debido a que se consideran cápsulas del tiempo del sistema solar.
Primer trimestre con hitos clave
Durante el primer trimestre se espera el lanzamiento de Haven-1, la primera estación espacial comercial, a cargo de SpaceX. El objetivo será demostrar la viabilidad de un hábitat espacial privado.
En febrero, la NASA proyecta concretar la misión Artemis II. Esta misión llevará a los astronautas Reid Wiseman, Victor Glover y Christina Koch, junto con el canadiense Jeremy Hansen, en un viaje de unos 10 días alrededor de la Luna y de regreso a la Tierra. No habrá alunizaje, pero será el primer vuelo tripulado más allá de la órbita terrestre en más de 50 años.
China también avanzará con su misión Shenzhou-23, que transportará a tres taikonautas hacia la estación espacial Tiangong.
Lanzamientos y pruebas en la primera mitad del año
Para el segundo trimestre se prevé el debut de Dream Chaser, de Sierra Space. Este planeador reutilizable servirá para transportar carga hacia la Estación Espacial Internacional (ISS).
En el mismo periodo podría realizarse el vuelo de prueba número 12 de Starship y una misión de rescate del telescopio Swift.
A mediados de año, la NASA planea lanzar la misión SunRISE, compuesta por cuatro pequeños satélites. También figuran las misiones FLEX, de la Agencia Espacial Europea (ESA), y SMILE, un proyecto conjunto entre Europa y China. Estos programas estudiarán fenómenos espaciales con impacto directo en la Tierra.
Cierre del año con la Luna y Marte
Para finales de 2026, China lanzará la misión Chang’e 7 al polo sur de la Luna. El proyecto incluirá un orbitador, un aterrizador, un rover y un pequeño vehículo volador. Uno de sus objetivos será la búsqueda de agua.
Además, se espera la llegada de misiones de la NASA a Marte, lo que reforzará el interés por el planeta rojo.
El foco en Artemis y la órbita lunar
Uno de los aspectos más relevantes será el posible regreso de Estados Unidos a la Luna, al menos a su órbita. La misión Artemis II colocará nuevamente a ese país en una posición de liderazgo frente a China, como ocurrió hace más de cinco décadas durante la competencia con la Unión Soviética.
Artemis II contará con tres astronautas estadounidenses y uno canadiense. El desafío mayor llegará con Artemis III, prevista para 2027, con una tripulación de cuatro astronautas y una duración estimada de 30 días.
China, por su parte, mantiene su objetivo de llegar a la Luna con una misión tripulada en 2030.
Rusia queda rezagada
La actual carrera espacial suma nuevos protagonistas como India y la Unión Europea, pero Rusia enfrenta dificultades. Durante el lanzamiento de la nave Soyuz MS-28, la cabina de mantenimiento colapsó en el cosmódromo de Baikonur.
Según reportes internacionales, la reparación tardaría unos dos años, lo que limita el envío de naves Soyuz y Progress a la Estación Espacial Internacional (EEI). Aunque Rusia cuenta con las bases de Vostochny y Plesetsk, estas no han participado en vuelos hacia la EEI.
Multimillonarios en la nueva carrera
A diferencia de la primera carrera espacial, el sector privado tiene un rol central. Elon Musk, con SpaceX, desarrolla el sistema Starship, que incluye cohetes reutilizables y un mecanismo de captura mediante brazos robóticos.
En paralelo, Jeff Bezos, propietario de Blue Origin, avanzó con el cohete New Glenn. Este logró recuperar su propulsor tras una misión de la NASA a Marte, un hito que antes solo había conseguido SpaceX. El lanzamiento ocurrió el 13 de noviembre desde Cabo Cañaveral, Florida, y el propulsor aterrizó de forma controlada en una plataforma marítima.
La competencia también incluye la creación de estaciones espaciales privadas. La empresa Vast impulsa Haven-1, un cilindro de cuatro metros de diámetro y 10 metros de longitud. Otras compañías como Axiom Space, Voyager Space y Blue Origin, en colaboración con Sierra Space, buscan financiamiento de la NASA.
Las asignaciones podrían oscilar entre $1.000 millones y $1.500 millones, con decisiones previstas para abril de 2026. La combinación de exploración científica, competencia geopolítica y fuertes inversiones económicas convertirá a 2026 en un año clave para el futuro del espacio.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
