
El objeto interestelar 3I/ATLAS ha captado la atención de la comunidad científica internacional. Aunque aparenta ser un cometa común, varias anomalías detectadas por astrónomos sugieren que podría tratarse de algo completamente diferente.
El astrofísico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, advirtió sobre las irregularidades de este cuerpo celeste y llamó a interpretar los datos con mente abierta.
Loeb, quien ya en 2017 propuso que el objeto ‘Oumuamua’ podría tener origen artificial, volvió a poner en duda la naturaleza de otro visitante interestelar.
Siete características que desconciertan a los expertos
Loeb expuso en su blog las siete anomalías principales que distinguen al 3I/ATLAS de un cometa típico:
- Tamaño inusual: Supera los 5 kilómetros de diámetro y tiene una masa estimada en 33.000 millones de toneladas. Esta cifra lo posiciona por encima de ‘Oumuamua y 2I/Borisov.
- Estela luminosa atípica: La cola fue visible meses después de ingresar al sistema solar. Los cometas suelen emitir gases mucho antes.
- Composición inusual: El espectro mostró más níquel que hierro, una proporción común en aleaciones industriales, no en cuerpos naturales.
- Presencia de dióxido de carbono: En lugar de agua, contiene CO₂, algo nunca visto en otros cometas.
- Luz polarizada negativamente: Indica una superficie altamente reflectante o pulida, extraña para un objeto natural.
- Trayectoria perfectamente alineada: Sigue el plano de los planetas con una precisión que, según cálculos de Harvard, tiene una probabilidad de una en un millón.
- Pasos cercanos a tres planetas: Su ruta lo llevará cerca de Marte, Venus y Júpiter en poco tiempo. Loeb lo interpreta como una posible pista de navegación deliberada. Además, su dirección de entrada coincide con la señal WOW, una emisión de radio captada en 1977 que algunos han relacionado con un origen extraterrestre.

Un visitante del espacio profundo
El 3I/ATLAS proviene del espacio interestelar y no está vinculado gravitacionalmente al Sol. Se trata del tercer objeto interestelar identificado después de ‘Oumuamua y 2I/Borisov.
Viajó hacia el sistema solar a una velocidad cercana a los 58 km/s (208.800 km/h), lo que lo convierte en el objeto interestelar más rápido conocido. Alcanzará su punto más cercano al Sol a finales de octubre de 2025, entre las órbitas de la Tierra y Marte. Luego, saldrá expulsado hacia el espacio profundo, sin regresar jamás.
Los astrónomos estiman que este objeto podría tener hasta 10.000 millones de años de antigüedad. Se habría formado en los primeros tiempos de la Vía Láctea, posiblemente en el disco grueso galáctico, donde se encuentran las estrellas más antiguas.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La información fue investigada y seleccionada por un periodista y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.