
Un choque entre dos agujeros negros, registrado como el evento GW250114, ofreció la señal más clara de ondas gravitacionales hasta la fecha.
La observación confirmó predicciones formuladas hace décadas por Albert Einstein, Roy Kerr y Stephen Hawking. Este hallazgo marcó un hito en la astronomía moderna y refuerza la comprensión actual del espacio-tiempo y de la gravedad.
El fenómeno ocurrió a una distancia de aproximadamente 1.100 millones de años luz. Los científicos lograron detectarlo por medio del Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser (LIGO), que cuenta con dos estaciones: una en Livingston, Louisiana, y otra en Hanford, Washington.
Fusión masiva y predicciones confirmadas
Ambos agujeros negros poseían una masa de cerca de 33 veces la del Sol. Tras fusionarse, formaron un nuevo objeto de aproximadamente 63 masas solares. Esta medición permitió validar con un nivel de detalle inédito dos de los pilares teóricos de la física moderna.
La primera predicción validada corresponde a 1963, cuando Roy Kerr afirmó que un agujero negro podía describirse únicamente por su masa y su rotación. El análisis del evento permitió observar dos modos de resonancia, lo que confirma que el agujero negro resultante se comportó exactamente como lo describe la solución de Kerr.
La segunda teoría corroborada fue propuesta en 1971 por Stephen Hawking. El físico británico planteó que, tras una fusión, la superficie del horizonte de eventos de un agujero negro nunca disminuye. En este caso, los datos demostraron que la área total aumentó, tal como anticipó Hawking.
Avances tecnológicos detrás de la observación
El LIGO, junto con los instrumentos Virgo en Italia y KAGRA en Japón, puede detectar variaciones en el espacio que son mil veces menores que el radio de un núcleo atómico. Desde 2015, este sistema ha documentado más de 300 fusiones de agujeros negros, pero ninguna con el nivel de precisión alcanzado en el evento GW250114.
Este nivel de resolución hizo posible extraer con claridad la frecuencia del primer armónico de vibración, lo que constituye una prueba sin precedentes del comportamiento de estos objetos.
Implicaciones para la ciencia del futuro
Investigadores de instituciones como la Universidad Johns Hopkins, la Universidad de Southampton y la Universidad Andrés Bello coincidieron en que este evento marca un antes y un después en la observación del universo.
El hallazgo no solo valida predicciones antiguas. También abre la puerta a nuevas pruebas sobre la naturaleza de la gravedad y del espacio-tiempo, según especialistas.
Este avance científico representa una herramienta poderosa para futuros estudios sobre el universo profundo y fortalece el papel de las ondas gravitacionales como método para explorar los misterios cósmicos.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
