
El desierto de Gobi, considerado uno de los ambientes más secos e inhóspitos de la Tierra, albergó lagos, pantanos y comunidades humanas hace aproximadamente 8.000 años.
Esta revelación proviene de una investigación publicada en la revista PLOS One, dirigida por arqueólogos de la Universidade de Wrocław, en Polonia, en colaboración con especialistas de otras naciones.
Actualmente, el Gobi se encuentra en expansión debido al proceso de desertificación. Solo en el sur de China, este fenómeno avanza sobre 3.600 km² de pastizales cada año.
Sin embargo, análisis de sedimentos y fechamientos por luminescencia en antiguos lechos de lagos, como el Paleolake de Luulityn Toirom, indican que la región contó con abundante agua durante el Pleistoceno Superior y el Holoceno Inferior.
Los estudios revelaron que lagos y pantanos existían en el Gobi hace 140.000 años, aunque las condiciones favorables para la vida humana se consolidaron entre 8.000 y 5.000 años atrás.
Durante este periodo, las personas que habitaban la región fabricaban herramientas, cazaban animales y recolectaban plantas. También hallaron cerámicas de aproximadamente 10.500 a. C., consideradas entre las más antiguas del área.
Uno de los puntos analizados fue el Valle del Krzemienna, donde se localizó un distrito lacustre con varios antiguos lagos. Según el equipo de investigación, los sedimentos datan de hace unos 140.000 años, lo que permite afirmar que el lugar sustentó presencia humana durante un largo periodo, especialmente al inicio y en la mitad del Holoceno.
En el lugar se identificaron herramientas confeccionadas con jaspe, una roca de tono rojo oscuro. Estas incluían núcleos y microláminas de entre 5 y 6 centímetros, posiblemente usadas como puntas de flechas y para tareas cotidianas. El desgaste visible bajo el microscopio evidenció su uso en la caza y procesamiento de plantas.
Asentamientos temporales y vida nómada
Las personas que vivían cerca de estos lagos no eran sedentarias. Los hallazgos sugieren que se trataba de grupos familiares que se desplazaban por corredores montañosos, retornando a los lagos en temporadas lluviosas.
Durante épocas climáticas más extremas, muchos buscaron refugio en las Montañas Altai, donde se han localizado cavernas con rastros humanos de hasta 27.000 años de antigüedad. Entre los hallazgos destaca un diente humano de 25.000 años, el más antiguo descubierto en Mongolia.
Los investigadores destacaron que estas comunidades exploraron activamente las zonas altas de las Altai, donde encontraron dos cavernas con evidencias humanas de 27.000 años atrás. Esto refuerza la teoría de que los habitantes del Gobi migraban a zonas montañosas durante períodos adversos.
Una nueva interpretación del pasado del Gobi
Hasta ahora, se pensaba que los primeros asentamientos humanos en el Gobi ocurrieron únicamente durante el óptimo climático del Holoceno Medio. Sin embargo, los nuevos datos indican que la ocupación comenzó mucho antes y se benefició de los recursos hídricos que ofrecían los lagos y pantanos.
El uso de técnicas avanzadas como la producción de microláminas y la descamación por presión evidencia la capacidad de innovación tecnológica de estas comunidades frente a un entorno cambiante.
El estudio demuestra que el Gobi no fue siempre un espacio árido y vacío. Durante miles de años, funcionó como un ecosistema fértil, con lagos estacionales que ofrecían agua y alimentos, mientras las montañas cercanas servían de refugio durante épocas hostiles.
Actualmente, la investigación se concentra en el Valle del Flint y otras zonas cercanas, donde se analizan decenas de sitios arqueológicos que podrían aportar más información sobre la vida en el Gobi en épocas remotas.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.