
Una reciente investigación arqueológica permitió confirmar la existencia de una mina subacuática de cobre de aproximadamente 2.300 años, ubicada cerca de Heybeliada, la segunda isla más grande del archipiélago de las Islas de los Príncipes, en el Mar de Mármara, frente a Estambul, Turquía.
El hallazgo fue informado por el medio Turkiye Today y conecta de forma directa con una referencia del filósofo griego Aristóteles en su obra De Mirabilibus Auscultationibus, donde mencionaba la extracción de cobre en esa región.
Según los investigadores, antiguos buceadores accedían al mineral a una profundidad de unos 3,6 metros, una actividad que, en la época, representaba un enorme reto tecnológico y físico.
El cobre extraído habría sido utilizado para crear estatuas y monumentos religiosos, como los del Templo de Apolo en Sicião y otras obras en Feneu, atribuidas a Hércules. Aristóteles también vinculó este cobre con propiedades medicinales, en especial para la vista, una creencia que coincide con el uso de compuestos de cobre en tratamientos oculares en la medicina griega y romana antigua.
Confirmación arqueológica
En el año 2018, una expedición de 15 días, liderada por el profesor Ahmet Bilir de la Universidad de Duzce, reveló indicios de extracción sistemática en el fondo marino. Se encontraron manchas de oxidación verde, restos de mineral y otras señales de actividad minera correspondientes al final del período clásico griego.
La evidencia sugiere que el llamado “cobre de buceador”, conocido como khalkon kolymbeten, tenía un valor simbólico y religioso superior, debido a la dificultad de su obtención.
Según el análisis de Bilir, este mineral era considerado un producto de nicho, reservado para una clientela exclusiva ligada a las artes y la religión. La minería submarina aportaba un valor adicional a las ofrendas y esculturas realizadas con ese material.
Registros históricos indican que este cobre era enviado a Sicião, ciudad famosa por su escuela de escultura, donde se formaron artistas como Lísipo, escultor oficial de Alejandro Magno.
Los buceadores de la época probablemente empleaban dispositivos de respiración rudimentarios, como tubos huecos, y una considerable capacidad pulmonar. Aristóteles llegó a describir algunas de esas técnicas.
El filósofo también mencionó que los trabajadores experimentaban una mejora en la visión, lo cual podría estar relacionado con el uso terapéutico del cobre, más que con propiedades sobrenaturales.
Este hallazgo demuestra cómo los textos de autores clásicos pueden ofrecer información precisa sobre prácticas tecnológicas y comerciales de la Antigüedad. La mina submarina en Heybeliada no solo abasteció el arte y la religión, sino que también fortaleció la economía local, manteniendo un carácter único frente a otras minas de la región.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
