
Un grupo de científicos encontró la que sería la mayor telaraña jamás registrada, albergando una colosal colonia de más de 111.000 arañas en una caverna ubicada en la frontera entre Albania y Grecia.
El hallazgo se produjo en la llamada Caverna de Azufre, un ambiente subterráneo completamente oscuro, donde la estructura se extiende por 106 m². La información se publicó el 17 de octubre en la revista científica Subterranean Biology.
La telaraña está formada por miles de estructuras individuales con forma de embudo que, al unirse, crean un amplio entramado de hilos plateados. Esta formación resulta inusual, ya que se trata de especies que, en condiciones normales, no viven en grupo.
Un ecosistema extremo y único bajo tierra
La caverna se desarrolló por acción del ácido sulfúrico, producto de la oxidación del sulfuro de hidrógeno en el agua subterránea. Este entorno hostil, cargado de sulfuro de hidrógeno (H₂S) y biofilmes microbianos, sostiene un ecosistema particular.
En ese lugar, mosquitos no picadores sobreviven alimentándose de bacterias que oxidan el azufre. Las arañas, a su vez, consumen esos insectos como fuente de alimento.
Los análisis genéticos revelaron que la colonia está formada por dos especies comunes: Tegenaria domestica y Prinerigone vagans. De los 111.000 ejemplares, alrededor de 69.000 pertenecen a la primera especie y unos 42.000 a la segunda.
Conducta social sin precedentes
El comportamiento observado sorprende por tratarse de especies solitarias. Se trata de un caso inédito de cooperación entre dos tipos de arañas en un ambiente natural.
El equipo de científicos descubrió también que las arañas presentan microbiomas menos diversos y variaciones genéticas al compararlas con otras de las mismas especies que viven fuera de la cueva. Esto indicaría un proceso de adaptación evolutiva al entorno extremo de oscuridad total.
Este fenómeno abre interrogantes sobre los mecanismos sociales que podrían desarrollarse en condiciones ambientales extremas, incluso en especies comúnmente aisladas.
La colonia representa un fenómeno singular de convivencia interespecie. Este descubrimiento permitiría a los investigadores comprender mejor cómo especies solitarias pueden desarrollar comportamientos colectivos cuando enfrentan presiones ambientales.
El sitio enfrenta desafíos de conservación debido a que se extiende entre dos países. Los científicos planean continuar los estudios en esta cueva para conocer más sobre la vida que prospera bajo estas condiciones extremas. Se anticipa que nuevas publicaciones amplíen lo descubierto hasta ahora.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
