
Un fósil de ictiosaurio hallado en la costa sur de Inglaterra fue identificado como una nueva especie de reptil marino que vivió hace unos 190 millones de años, durante el Jurásico Inferior, en el período Pliensbachiano. Esta especie fue bautizada como Xiphodracon goldencapensis, también conocido como el dragón espada de Dorset.
El hallazgo se dio en la llamada Costa Jurásica, cerca de Golden Cap, Dorset, en 2001. El fósil fue descubierto por el coleccionador británico Chris Moore, quien más tarde lo vendió al Museo Real de Ontario, en Canadá. Aunque el descubrimiento ocurrió hace más de dos décadas, solo recientemente fue analizado por paleontólogos, lo que llevó a su clasificación como una nueva especie.
Los detalles de la investigación fueron publicados en la revista científica Papers in Palaeontology el pasado 9 de octubre. El estudio estuvo a cargo del profesor Dean Lomax, de la Universidad de Manchester, quien observó el esqueleto por primera vez en 2016 y notó que se trataba de un espécimen inusual.
Fósil en tres dimensiones
Según relató Moore, el fósil mostraba partes de la columna vertebral, las extremidades traseras, la caja torácica y un cráneo en excelente estado. Destacó que el cráneo se preservó en tres dimensiones, algo poco común en este tipo de hallazgos.
El ictiosaurio presentaba un hocico largo y angosto con forma de espada, así como ojos grandes, lo que sugiere que era un depredador rápido y eficiente. Su dieta probablemente incluía peces y calamares que habitaban los mares poco profundos y tropicales del Jurásico.
La preservación del fósil se atribuye a las condiciones anóxicas del lecho marino, las cuales impidieron la descomposición del cuerpo. Este detalle permitió conservar detalles anatómicos raros de encontrar en otros ejemplares.
Evidencia de heridas antes de morir
Durante el análisis, los investigadores encontraron señales de que el animal sufrió heridas en vida. Varios huesos y dientes mostraban deformaciones compatibles con enfermedades o traumas físicos. Además, el cráneo tenía marcas de una mordida, posiblemente causada por un ictiosaurio de mayor tamaño.
La investigadora Erin Maxwell, del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart, indicó que estos datos aportan pistas sobre los desafíos que enfrentaban estos animales en su entorno.
Aporte a la historia evolutiva
Este ejemplar de Xiphodracon goldencapensis es el único identificado hasta el momento. Los expertos señalan que su descubrimiento ayuda a entender mejor un proceso clave de renovación faunística en los océanos del Jurásico.
Según Lomax, este período estuvo marcado por importantes transformaciones en las especies marinas, aunque aún no se conoce con certeza qué las provocó. Este fósil permitiría delimitar mejor el momento en que comenzaron esos cambios.
Actualmente, el fósil se encuentra en el Museo Real de Ontario, donde será expuesto próximamente. Un segundo ejemplar, hallado también por Chris Moore, ya se exhibe en el Charmouth Heritage Coast Centre, ubicado en Dorset.
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