
Un mayor consumo de quesos y cremas altos en grasa se asoció con un menor riesgo de demencia a largo plazo. Así lo indicó un estudio publicado en la revista médica Neurology, de la Academia Estadounidense de Neurología. La investigación no estableció causalidad, pero sí un vínculo observado durante 25 años de seguimiento.
El análisis planteó la pregunta sobre si ciertos lácteos podían relacionarse con la salud cerebral. Los resultados señalaron una menor incidencia de demencia entre personas con mayor ingesta de quesos y cremas enteras, en comparación con quienes consumieron cantidades bajas.
El estudio se enfocó en productos específicos. Los quesos altos en grasa se definieron como aquellos con más de 20% de contenido graso. Entre ellos figuraron variedades como cheddar, Brie y Gouda. Las cremas altas en grasa presentaron entre 30% y 40% de grasa. Estas incluyeron crema para batir, doble crema y crema espesa, que en comercios suelen identificarse como enteras o regulares.
Durante años, las recomendaciones nutricionales cuestionaron el consumo de grasa. Sin embargo, los investigadores indicaron que algunos lácteos con alto contenido graso mostraron una asociación con menor riesgo de demencia, lo que desafió supuestos previos sobre la relación entre grasa y cerebro.
El seguimiento incluyó a 27.670 personas en Suecia, con una edad promedio de 58 años al inicio. El período de observación se extendió por 25 años. Durante ese tiempo, 3.208 participantes desarrollaron algún tipo de demencia.
Para evaluar la alimentación, los participantes registraron su dieta durante una semana. También respondieron cuestionarios sobre la frecuencia de consumo de alimentos en años previos. Además, explicaron a los investigadores cómo preparaban sus comidas.
El análisis comparó a quienes consumían 50 gramos o más de queso alto en grasa al día con quienes ingerían menos de 15 gramos diarios. Como referencia, 50 gramos equivalieron a dos rebanadas de queso cheddar o media taza de queso rallado. Al cierre del seguimiento, el 10% del grupo con mayor consumo desarrolló demencia, frente al 13% del grupo con menor ingesta.
Tras ajustar por edad, sexo, nivel educativo y calidad general de la dieta, los resultados mostraron que el grupo con mayor consumo presentó un 13% menos riesgo de demencia. En el caso de la demencia vascular, la reducción alcanzó un 29%.
El estudio también identificó una menor asociación con la enfermedad de Alzheimer entre quienes consumían más queso alto en grasa. Este resultado solo se observó en personas sin la variante genética APOE e4, considerada un factor de riesgo para esa enfermedad.
Un análisis similar se realizó con el consumo de crema alta en grasa. Se comparó a quienes ingerían 20 gramos o más al día, equivalente a unas 1,4 cucharadas de crema para batir, con quienes no la consumían. Tras los ajustes estadísticos, el grupo con consumo diario presentó un 16% menos riesgo de demencia.
En contraste, el estudio no encontró asociación entre el riesgo de demencia y el consumo de quesos bajos en grasa, cremas bajas en grasa, leche entera o descremada, mantequilla ni lácteos fermentados como yogur, kéfir o suero de leche.
Los autores señalaron que no todos los lácteos mostraron el mismo comportamiento frente a la salud cerebral. Indicaron la necesidad de más estudios para confirmar los hallazgos y determinar si ciertos productos altos en grasa ofrecían algún nivel de protección.
Entre las limitaciones, el equipo destacó que todos los participantes residían en Suecia, lo que limitó la extrapolación a otras poblaciones. También se indicó que en ese país el queso suele consumirse sin cocinar, a diferencia de otros contextos donde se calienta o se combina con carne.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
