
Mientras en América del Sur muchas regiones enfrentan el inicio del verano, el hemisferio norte entra en la temporada de nevascas y temperaturas extremas. En algunos puntos del planeta, las condiciones son tan severas que vivir allí exige una adaptación constante.
Estos son cinco de los lugares habitados más fríos del mundo, donde el frío no da tregua y la vida sigue, día a día.
Oymyakon, Rusia: el sitio más helado donde vive gente
Ubicado en el corazón de la Siberia, Oymyakon forma parte de la República de Yakutia. Es considerado el asentamiento habitado de forma permanente más frío del planeta.
En 1933, las autoridades rusas registraron una temperatura de −67,7 °C. Algunos relatos históricos mencionan una marca aún más baja, de −71,2 °C en 1924, aunque sin confirmación oficial.
Durante el invierno, las temperaturas oscilan entre −45 °C y −50 °C. En contraste, el mes más cálido registrado alcanzó solo 18 °C en 2010.
La ubicación geográfica, rodeada de montañas, impide la entrada de masas de aire caliente. Sus habitantes dependen de ropa térmica hecha con piel, calefacción con leña y carbón y una dieta basada en productos congelados.
Incluso los automóviles deben mantenerse encendidos durante horas para que los motores no se congelen.
Utqiagvik, Alaska: la ciudad más al norte de Estados Unidos
En el extremo norte de Alaska, Utqiagvik se encuentra dentro del Círculo Polar Ártico. Alberga a unos 4.500 habitantes, la mayoría de origen Iñupiat, un pueblo indígena de la región.
Allí, el sol apenas se asoma durante el invierno. La ciudad está rodeada de hielo marino que refleja la luz solar, reduciendo aún más las temperaturas.
Los residentes viven en casas elevadas sobre plataformas, diseñadas para evitar el calentamiento del permafrost. Dependen de un profundo conocimiento ancestral para enfrentar un clima que pocas personas en el mundo podrían resistir.
Yellowknife, Canadá: la ciudad del hielo y los diamantes
La localidad de Yellowknife, capital de los Territorios del Noroeste, cuenta con aproximadamente 20.000 habitantes.
Durante el invierno, las temperaturas descienden hasta −26 °C. A pesar del clima extremo, la ciudad es un importante centro de operaciones mineras, ahora enfocado en la explotación de diamantes.
Las carreteras de hielo, construidas sobre lagos congelados, permiten el transporte de suministros hacia comunidades remotas.
El turismo también tiene un papel clave. Muchos visitantes llegan para participar en actividades como la pesca en hielo, paseos en motonieve y trineos tirados por perros. Además, es uno de los mejores puntos del mundo para observar la Aurora Boreal.
Astana, Kazajistán: capital con récords bajo cero
La capital kazaja, Astana, registra temperaturas extremas. En invierno, puede alcanzar hasta −51,5 °C.
Se encuentra ubicada en una vasta estepa sin montañas ni barreras naturales, lo que facilita el ingreso de masas de aire ártico sin obstáculos. Este fenómeno convierte a Astana en una de las capitales más frías del mundo.
La ciudad creció con fuerza en las últimas décadas. A pesar del frío, se ha transformado en un destino turístico por su arquitectura moderna y sus contrastes climáticos.
Longyearbyen, Noruega: donde no se puede morir
Situado en Svalbard, un archipiélago del Océano Ártico, Longyearbyen es el asentamiento más septentrional con más de 1.000 habitantes.
En diciembre, las temperaturas promedian −14 °C. Durante el año, el viento ártico, el hielo marino y la falta de vegetación hacen que la sensación térmica sea aún más severa.
La legislación local prohíbe los entierros, ya que los cuerpos no se descomponen por el permafrost. También se exige a los residentes portar rifles cuando salen de la ciudad, ante la posibilidad de encuentros con osos polares.
Existe además una restricción mensual de alcohol por persona, norma que proviene de la época minera y aún se mantiene vigente.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
