
Una propuesta desarrollada en Alemania plantea sumergir enormes esferas de hormigón en el fondo del océano para almacenar energía limpia. Aunque a primera vista puede generar dudas ambientales, el proyecto ha captado la atención de científicos y grupos ambientalistas por su bajo impacto ecológico y su potencial para apoyar la transformación energética global.
La iniciativa lleva por nombre StEnSea (Stored Energy in the Sea). Se basa en el principio de las centrales hidroeléctricas de bombeo, pero adaptado al entorno marino.
En lugar de utilizar presas o embalses en tierra, emplea la presión del océano para almacenar y liberar energía. El proyecto es desarrollado por el Instituto Fraunhofer IEE en alianza con la empresa Pleuger, con financiamiento tanto del gobierno alemán como de capital privado.
El sistema: baterías submarinas con turbinas internas
Cada unidad tiene forma de esfera de hormigón hueca de nueve metros de ancho, capaz de instalarse a profundidades de hasta 800 metros. Estas esferas pueden conectarse entre sí y funcionar como una red sincronizada que abastezca a miles de hogares.
Durante las horas de bajo consumo energético, se activa una bomba interna que expulsa el agua marina del interior de la esfera. Esto requiere electricidad que en ese momento es abundante. La energía se conserva como potencial mecánica en el sistema. Cuando aumenta la demanda, las válvulas permiten el reingreso del agua con alta presión. Esta acciona una turbina interna, generando energía de forma inmediata.
Energía limpia sin emisiones ni residuos
Las estructuras están construidas con materiales que no liberan contaminantes. Su funcionamiento no emite gases, no produce residuos y no interfiere con la fauna marina, según sus desarrolladores.
Cada esfera tendría una vida útil de 60 años y podría almacenar hasta 820.000 gigavatios-hora de energía, lo que representa una opción destacada frente a otros métodos de almacenamiento.
Aunque el diseño inicial se pensó para instalarse en el mar, los impulsores del proyecto aseguran que puede adaptarse a lagos profundos, ya sean naturales o artificiales. También es compatible con fuentes renovables como la energía solar y eólica.
Esto amplía su aplicabilidad geográfica, especialmente en países con grandes cuerpos de agua pero sin infraestructura energética versátil.
Pruebas piloto en Estados Unidos
Diversas regiones como Noruega, Portugal, Brasil, Japón y Estados Unidos figuran como lugares aptos para su instalación. Las primeras pruebas reales se proyectan para realizarse antes de 2026 en Long Beach, California. Este paso será clave para validar el rendimiento del sistema en condiciones reales.
El almacenamiento es uno de los principales retos para la energía renovable. Modelos como StEnSea ofrecen una solución basada en principios físicos del entorno sin recurrir a tecnologías costosas o contaminantes.
La posibilidad de operar una red de esferas submarinas durante décadas sin afectar el ambiente representa una alternativa sólida para reforzar la seguridad energética.
El proyecto alemán propone una opción adaptable, duradera y limpia que podría integrarse en futuras políticas públicas de energía, especialmente en contextos donde equilibrar oferta y demanda energética sigue siendo un desafío.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.