
Una reconstrucción científica permitió conocer el aspecto físico de una mujer que vivió hace más de 10.000 años en el actual territorio de Bélgica. El análisis del ADN extraído de sus restos mostró detalles inesperados de su rostro y estilo de vida.
Los restos óseos fueron hallados en 1988 en la cueva de Margaux, cerca de la ciudad de Dinant, en el valle del río Mosa. Se trataba de una mujer enterrada junto a otras dos, con piedras y pigmentos de ocre sobre sus huesos, una práctica inusual para la época.
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Aunque el hallazgo ocurrió hace décadas, avances en el análisis genético permitieron estudiar su material biológico y reconstruir su rostro.
La mujer tenía entre 35 y 60 años al momento de fallecer. El estudio reveló que poseía cabello oscuro y corto, ojos azules, piel clara, cejas marcadas y una nariz prominente. Su apariencia contrastaba con la de otros individuos del período Mesolítico, quienes en general tenían piel más oscura.
El equipo liderado por la arqueóloga Isabelle De Groote, de la Universidad de Gante, estableció que la mujer pertenecía al mismo grupo de cazadores-recolectores que el llamado Hombre de Cheddar, encontrado en Inglaterra en 1903.
Este último tenía piel oscura y ojos azules, pero la mujer belga mostró un tono más claro, lo que indica una diversidad mayor en la pigmentación de los pueblos mesolíticos.
Los estudios determinaron que el grupo al que ella pertenecía llevaba una vida nómada, siguiendo los recursos naturales disponibles. En el sitio se localizaron herramientas de piedra, restos de animales y peces, así como postes que podrían indicar campamentos temporales.
A pesar del desplazamiento constante, la comunidad regresaba a ciertos sitios como la cueva de Margaux para realizar entierros, lo que sugiere prácticas funerarias recurrentes.
El rostro fue recreado por los artistas Kennis & Kennis, expertos en reconstrucciones arqueológicas, mientras que el entorno digital que ilustra su vida diaria fue diseñado por Ulco Glimmerveen, a partir de objetos recuperados como conchas, ocre y utensilios.
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El proyecto, denominado ROAM (Perspectivas Regionales sobre Migraciones Antiguas), se centra en la ocupación humana tras la última era glacial en el norte de Europa. La reconstrucción será parte de una exposición itinerante por museos belgas a partir de setiembre.
Este hallazgo ofrece nuevas pistas sobre la apariencia, las costumbres y la movilidad de las primeras poblaciones europeas tras el deshielo.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.