
La vejez canina no tiene una edad fija. Un reciente estudio del Centro Nacional de Información Biotecnológica de Estados Unidos determinó que la entrada en la vejez de los perros varía según el tamaño, la raza y la calidad de vida del animal.
En promedio, un perro se considera viejo a los 12,5 años. Sin embargo, esta cifra cambia según la raza. Por ejemplo, los Cocker Spaniel entran en esta etapa a los 11,7 años, mientras que los Jack Russell Terrier lo hacen más tarde, a los 14,1 años.
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El estudio analizó a 832 perros de edad avanzada, evaluando condiciones relacionadas con el peso, musculatura, salud ósea, dental y digestiva. Una de las principales conclusiones fue que los perros grandes tienen una esperanza de vida más corta en comparación con los pequeños. Esta diferencia también influye en cuándo inicia su vejez.
A pesar de estas diferencias, los investigadores señalaron que la calidad de vida es un factor determinante. Un perro que ha recibido buena alimentación, atención médica constante y actividad física puede experimentar una vejez más tardía y saludable.
Mitos sobre la edad humana de los perros
Existe una creencia popular que afirma que la edad de un perro se debe multiplicar por 7 para obtener su equivalencia en años humanos. Sin embargo, National Geographic desmintió esa fórmula, al considerarla una simplificación errónea. La equivalencia real depende del tamaño, la raza y el estilo de vida del animal.
Señales que indican que un perro ha comenzado a envejecer
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La marca especializada en mascotas Purina identificó una serie de síntomas comunes en perros que ya han entrado en la vejez. Entre ellos destacan:
- Dificultad para moverse: algunos pueden evitar subir a camas o sillones por dolor en las articulaciones.
- Problemas visuales: aparición de zonas azuladas o blanquecinas en los ojos, posibles cataratas.
- Desobediencia: pueden dejar de responder a órdenes, debido a pérdida auditiva.
- Mal aliento o problemas en las encías: señales de dificultades para masticar o exceso de saliva.
- Canas en el pelaje, especialmente en el hocico.
- Cambios en la piel, como bultos, verrugas o tumores. Solo un veterinario puede brindar un diagnóstico certero.
- Cambios de comportamiento, como irritabilidad, depresión o ansiedad.
- Aumento del sueño: los perros viejos tienden a dormir más horas.
- Confusión y pérdida de memoria.
- Incontinencia urinaria: orinan con frecuencia o de forma involuntaria.
La aparición de uno o más de estos síntomas no debe pasarse por alto. Se recomienda consultar con un veterinario ante cualquier cambio evidente en la conducta o salud del animal.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.