Presentado por: Bakertilly

Un nuevo capítulo en la historia tributaria del país está por escribirse. A partir de agosto de 2025, la plataforma TRIBU-CR tomará el control total de la gestión fiscal digital, sustituyendo al ATV. No se trata de una simple actualización tecnológica, sino de un cambio estructural profundo que transformará la manera en que las personas físicas, jurídicas y profesionales del sector interactúan con la Administración Tributaria.

Detrás de su interfaz moderna, TRIBU-CR redefine procesos clave: desde la declaración del IVA (D-150) –que ya no exigirá clasificar por actividad económica sino por tarifa aplicada–, hasta la conversión de la antigua D-151 en la declaración mensual D-270 a partir del próximo año, con la mira puesta en capturar operaciones fuera del sistema electrónico.
Pero el cambio más disruptivo será la introducción de la primera Declaración Informativa de Precios de Transferencia, obligatoria para empresas vinculadas que califiquen como grandes contribuyentes, operen en zona franca o superen los 1.000 salarios base. Con esto, se consolida un marco más robusto de fiscalización que busca alinearse con estándares internacionales, sin perder su propio enfoque: exigir la mediana del análisis, el rango intercuartil. Un pequeño detalle que puede implicar grandes ajustes.

Además de los cambios declarativos, TRIBU-CR inaugura una nueva era de fiscalización digital, en la que cada dato declarado será automáticamente contrastado con los comprobantes electrónicos, registros de terceros y reportes informativos. El foco estará en las diferencias entre lo que el contribuyente informa y lo que el sistema ya conoce. La Administración Tributaria contará con más herramientas, más precisión y menos tolerancia a inconsistencias, obligando a las empresas a mantener una trazabilidad impecable.
TRIBU-CR también plantea retos operativos que no pueden subestimarse: acceso restringido a una única sesión por perfil, eliminación de la Tarjeta Inteligente Virtual (TIV), códigos de verificación por correo o mensaje de texto, y una migración automática desde ATV que, aunque prometedora, podría generar inconsistencias si no se verifica con anticipación. A esto se suma la imposición de una fecha de vencimiento para el NITE, la cual, sorpresivamente, no ha sido comunicada de forma individual.
A medida que la digitalización avanza, también lo hacen las exigencias. Ya no basta con presentar a tiempo; ahora se requiere precisión, trazabilidad y capacidad de adaptación. La plataforma no perdonará errores humanos fácilmente.
Frente a este escenario, TRIBU-CR se presenta como un símbolo del nuevo paradigma tributario: más tecnológico, más exigente, más transparente. Pero también más desafiante. Los contribuyentes deben prepararse con tiempo, revisar sus procesos internos y actualizar su información registral, porque a partir de agosto, no estar listo no será una opción.
En Bakertilly, estamos preparados para acompañarle en esta transición.

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