“Se me ocurrió pensar en los tipos, pero en todos los tipos y no en este tipo especial, sino en el tipo, el tipo puede hacer cualquier cosa para cambiar…”, frase de la gran película El secreto de tus ojos. Quien no ha tenido la posibilidad de mirarla, lo invito a que lo haga.
Luego de una charla amplia entre dos amigos de nombre Benjamín y Pablo en un bar para poder descifrar el posible asesino de una adolescente, llegan a la conclusión de que el amor al fútbol y a la pasión lo llevaría hasta el presunto responsable.
Y terminado esta escena tan trascendental que llevará a encontrar al asesino, nombra algunas cosas que pueden cambiar, pero la pasión nunca; esa es siempre la misma.
Y cita…”El tipo puede cambiar de todo, de cara, de casa, de familia de novia, de religión, de dios, pero hay una cosa que no puede cambiar, pero hay una cosa que no puede cambiar… de pasión”
Pasión… A esto traigo a colación este nuevo campeonato, para algunos algo desdibujado, poco profesional y con muchas falencias; para otros, como yo, apasionante, indescifrable y hasta sorprendente. ¿Esto por qué?, dirán quienes se preguntan qué tiene de pasión esta simple competencia.
Y es que en esto todo vuelve a tener sentido para los manudos el bar La manudita y unas frías antes de ingresar al estadio o el simple hecho de encontrarte con su amigo de localidad para que cada semana se saluden y compartan el mismo amor, sin importan religión o colores políticos.
Ahí estará Beto y Erre coordinando la entrada: “Que nadie se adelante”. Con cuidado y por la María Pacheco hablándole al oído a las distintas peñas para que lleven la misa en paz y controlar la procesión; les dirán que adentro es un carnaval y que la fiesta no puede faltar.
Aparecerá Rafa y Ricardo colgando los trapos desde la cancha y mirando de reojo al guarda de seguridad de la empresa contratada antes de que los saque de la mesa de billar.
De fondo y con los que se van acercando al ritual empieza a sonar la trompeta del rasta. Y chito coordinando la banda que ayudará a dar inicio y a partir de ahí vendrán todos, todos, no faltará nadie.
Y quien dejará todo enmarcado será Rubén, sin acento desde el campo en el cual idolatró a Wílmer, gritó al Chunche e inmortalizó a otros.
Eso es pasión y así pasara en todos lados. Por eso no es un torneo más, es el torneo en que nuestras emociones vuelven a encontrarse.