¿Cuánta preocupación deberíamos sentir en Costa Rica por la cantidad creciente de armas de fuego y muertes con armas de fuego? El país es cada año un territorio con más armas y más civiles armados. Entre legales e ilegales, hay aproximadamente medio millón de armas de fuego entre personas como vos y como nosotros.
El asunto ha preocupado al Ministerio de Seguridad Pública (MSP) y al Gobierno, que lograron en agosto de 2019 la aprobación de una reforma a la ley de armas que reducirá de tres a dos el número de armas legales por ciudadano, y también pretende tener mayor control sobre la proliferación de armas en el país.
En El Explicador nos preguntamos: ¿Existe correlación entre la posesión de armas de fuego y la tasa de muertes por armas de fuego? Para llegar a una respuesta hicimos la tarea: estudiamos trabajos académicos locales, internacionales, entrevistamos al viceministro del MSP, a un experto en seguridad que defiende la portación de armas, buscamos datos de relación muchas-armas-muchas-muertes-por-armas-de-fuego y los comparamos.
OJO: Establecemos una clara diferencia entre homicidios y muertes con armas de fuego (donde incluimos suicidios y accidentes fatales con armas). Bienvenidos a un nuevo viaje de información.
Más armas de fuego en casa = más posibilidades de muertes por armas de fuego
El enfoque basado en homicidios es insuficiente. En este tema de seguridad es vital diferenciar homicidios y muertes con armas de fuego. No. Son. Lo. Mismo.
Lo que sucede es que no podemos obviar los suicidios y los accidentes mortales a causa de armas de fuego.
Echemos un vistazo a un país con plaga de armas: Estados Unidos, el lugar en el mundo con más armas en manos de civiles:
En Estados Unidos hay tantas armas en manos de los civiles que… ¡hay más armas que personas! La población del país es de 326 millones de personas y hay casi 400 millones de armas en las calles. O sea: representan menos del 5% de la población mundial pero tienen casi la mitad de armas del mundo en sus manos.
Su tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes es baja: 5,3; pero su tasa de muertes por armas de fuego por cada 100.000 habitantes es alta: 12.2. Aquí van muertes por homicidios, asesinatos dolosos, suicidios y accidentes.
¿La explicación para tal diferencia? Hay más armas al alcance de la mano y por ende mayores posibilidades de disparar una ya sea para acabar con la vida propia o para detonar un accidente.
Veamos el dramático aumento en la tasa de suicidios en Estados Unidos:
En este país la mitad de estas muertes se efectúan con armas de fuego. ¿Recuerdan cuando dijimos que hay más armas que gente?
Un estudio exhaustivo publicado en agosto de 2018 en The Journal of American Medical Association llamado Mortalidad Global por Armas de Fuego entre 1990 y 2016, donde se analiza la correlación entre posesión de armas y muertes causadas por ellas en el mundo, país por país, concluye que “las diferencias en los niveles de violencia entre países es reflejo de la disponibilidad de armas y el control sobre las mismas”.
En otro párrafo de sus conclusiones, el documenta indica que “aunque la percepción pública suele estar enfocada en el uso de armas de fuego en homicidios y particularmente en tiroteos masivos, los suicidios con armas de fuego superan grandemente a los homicidios en muchos países. Entre ellos, la presencia de armas de fuego en casa ha sido directamente ligada al incremento de su uso como medio de suicidio, así como en el uso no intencional de muertes por armas de fuego”.
En el capítulo de discusiones de este megaestudio comparativo, se publica que esfuerzos para reducir el número de armas de fuego pueden reducir la cantidad de muertes no intencionales, particularmente las de niños. “Y puede también limitar el acceso inmediato a formas de hacer daño que generalmente no permite la oportunidad para pensar dos veces”.
El estudio es súper interesante y si tenés tiempo, te invitamos a consultarlo aquí: Global Mortality From Firearms, 1990-2016
Ahora te pedimos toda la atención del mundo para que mirés estas gráficas: son publicadas en los medios independientes Mother Jones y Vox, y examinan la correlación entre las muchas armas legales a manos de civiles en Estados Unidos y la cantidad de muertes por armas de esas en ese país.

Aquí vemos en el eje y (vertical) la cantidad de muertes por armas de fuego por cada 100,000 personas, y en el eje x (horizontal), el porcentaje de posesión de armas en adultos. En Estados Unidos, como apreciamos, claramente hay una correlación en ascenso entre los factores (representada en promedio por la línea).
El estado de Alaska es el que tiene más armas en proporción a sus habitantes y es el que tiene más muertes en promedio causadas por ellas. A Alaska se le asemejan estados como Wyoming, Arkansas, Louisiana y Alabama.
Los estados de Rhode Island y Nueva York no tienen altos porcentajes de posesión de armas y tienen muy bajos índices de muertes ocasionadas por armas. A este par se le asemejan estados como Connecticut, Massachusetts y Nueva Jersey.
Recordamos aquí una vez más que no hablamos solo de homicidios sino de suicidios (que son muchos más) y de muertes accidentales con armas de fuego.
Veamos este otro gráfico:

En este mapa, entre más oscuro aparece un estado, más muertes ocasionadas por armas de fuego hay en él. Y los estados que están rayados con líneas diagonales son los que tienen al menos una ley de control de armas que apunta a proteger a menores.
La mayoría de estados con rayas diagonales, que tienen mayor controles legislativos para las armas, son a la vez los estados con tasas más bajas de muertes relacionadas a armas de fuego.
A la luz de esta info, recordemos que en Estados Unidos conseguir un arma es muy fácil. Según un reportaje de BBC, un rifle de asalto vale lo mismo que una Macbook Pro: $1500. Y una pistola se puede adquirir por el precio de una Chromebook: en $200.
Para concluir con este bloque informativo, te invitamos a chequear este análisis de 2013 de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, publicado en los Institutos Nacionales de Medicina de Estados Unidos, que examinó la correlación en 27 países desarrollados entre posesión de armas de fuego y muertes con estas armas, y encontró esto:
“El número de armas de fuego per cápita por países resultó ser un predictivo fuerte e independiente de muertes relacionadas con armas de fuego. Sin importar la exactitud entre causa y efecto, sin embargo, este estudio desmiente la popular hipótesis de que las armas hacen que una nación sea más segura”.
Volvamos a Costa Rica
Para esta publicación le solicitamos al Poder Judicial y al OIJ la base estadística de todas las muertes por armas de fuego entre 2015 y 2018 para contrastar la tasa de homicidios por armas de fuego y la posesión de armas, con las muertes con arma de fuego accidentales y los suicidios donde se utiliza este tipo de armas.
En Costa Rica la tasa de suicidios por cada 100,000 habitantes es históricamente menor a la de homicidios, y suele ubicarse por debajo de 10 (en Estados Unidos está por encima de 14). No obstante, el país posee una de las tasas de suicidio más altas de Centroamérica, solo por debajo de El Salvador.
Un estudio universitario tico llamado Suicidios en Costa Rica durante los años 2015 y 2016, realizado por los médicos e investigadores Maikel Vargas Sanabria y Karla Espinoza Morales, reveló importantes datos sobre esta forma de muerte en el país.
En 2015 hubo 318 suicidios. De estos, 35 fueron por arma de fuego (11,01%). La forma predilecta para suicidarse fue el ahorcamiento o la asfixia (201 casos), seguida de la intoxicación (62 casos).
En 2016 hubo un cambio importante: hubo 302 suicidios, de los cuales 38 fueron por arma de fuego (12,58%), pero esta vez este tipo de suicidio fue el segundo más frecuente, por debajo del ahorcamiento o asfixia (211 casos) pero por encima de la intoxicación (28 casos).
Además de este análisis académico, en en setiembre del año pasado el OIJ reportó que en 2017 hubo un total de 327 casos de suicidio, y que para el primer semestre de 2018 se contabilizaban 201. El jefe de la Sección de Psiquiatría y Psicología Forense del OIJ alegó que Costa Rica vive un “estado de emergencia” en materia de suicidios.
Según datos proveídos por el OIJ, en 2017 en Costa Rica 23 personas se quitaron la vida con un arma de fuego, y hubo una muerte accidental por esta vía en todo el territorio.
LEA MÁS: Tenencia de armas legales creció un 150% en los últimos 20 años

Crímenes violentos: Costa Rica en Centroamérica
A finales de 2018, una investigación del equipo de Data de La Nación reveló estos datos sobre Costa Rica:
-La posesión de armas legales creció 150% entre 1997 y 2017.
-Las autoridades decomisaron un arma de fuego ilegal cada 4 horas en el país.
-Los hospitales reportan un herido con arma de fuego por día.
-Con un total de 435 homicidios con arma de fuego, 2017 fue el peor año en esta materia en la última década.
Así, en 2017, Costa Rica tuvo la cuarta peor tasa de homicidios de Centroamérica. Está lógicamente debajo de la conflictiva región conocida como Triángulo Norte, compuesta por El Salvador, Guatemala y Honduras (víctimas de violencia de pandillas y altos índices de narcoactividad), pero experimenta altas cifras de posesión de armas y de homicidios. Veamos:
Costa Rica mantiene un elevado indicador de homicidios por cada 100.000 habitantes: ocupa el puesto 35 en el mundo entre 230 países o territorios independientes según la ONU.
Hicimos la siguiente tabla para comparar la posesión de armas y los homicidios en Centroamérica. También contrastamos los índices de porcentaje de población bajo la línea de la pobreza.
En esa tabla que acabás de ver nos referimos a homicidios, pero no todos los homicidios se cometen con armas de fuego, como vimos arriba.
De los 603 homicidios que hubo en 2017, 435 fueron con armas de fuego (el 72%). Quedarse con esa cifra es quedarse corto. Cuando hablamos de la posesión de armas en manos de civiles, es menester estudiar todas las muertes anuales ocasionadas por armas de fuego. Esto toma en cuenta homicidios, suicidios, accidentes y otros.
Lo que dice el Ministerio de Seguridad y lo que dice un especialista en defensa civil
La reforma a la Ley de Armas y Explosivos que impulsó el MSP tiene como eje principal reducir la cantidad de armas de fuego que puede tener una persona en Costa Rica. Al comienzo querían reducirla a un arma por persona, pero tras pasar por la Sala IV en agosto de 2019, el proyecto de ley hará que la reducción sea de tres a dos armas por persona.
Para impulsar su iniciativa --expediente 20.509--, el MSP se basó en el estudio Estado de la Violencia Armada en Costa Rica 2018.
Estos son los puntos que defendió el viceministro Solano:
-La proliferación de armas aumenta la violencia y por ende los homicidios.
-El MSP plantea proyectos para controlar esa proliferación y tener más control del mercado ilícito de armas.
-El proyecto promueve penas privativas de libertad para personas que tengan armas ilícitas.
-Se deben cerrar portillos que hacen que las armas pasen del mercado lícito al ilícito.
Uno de los datos que presenta el viceministro para sustentar su tesis es que los 5 cantones donde Fuerza Pública más decomisa armas son los 5 cantones donde hay más homicidios.
“Ahí tenés correlación directa entre la presencia de armas de fuego y el vínculo con los homicidios”, dice Solano.
El estudio que usa el MSP muestra a la vez que en Costa Rica la relación entre los homicidios con armas y el total de homicidios en el país es fuerte. En 2017, el 72% de los homicidios se cometieron con armas de fuego.
Por su parte, uno de los principales detractores del plan de reformas del MSP es el gerente del polígono Centro de Defensa Civil (CDC), José Ojeda, quien es también politólogo y experto en seguridad. Él no cree que las reformas a la Ley de Armas y Explosivos vayan a reducir la tasa de homicidios de Costa Rica.
“No son las armas de fuego legales las que aumentan la tasa de homicidios. Los homicidios dolosos (con voluntad deliberada de cometer el delito) son cometidos con armas ilegales”, argumenta Ojeda.
El especialista duda de las estadísticas de la Policía. Él asegura que en los números anuales de decomisos de armas no se hace la diferenciación de si se decomisaron armas ligadas a delitos o si son decomisos administrativos o por vencimiento de la licencia. El especialista advierte que al no hacer esta diferenciación, el MSP puede caer a veces en “maquillaje de cifras”.
Es verdad que el mayor número de asesinatos con armas de fuego en Costa Rica ocurre por ajustes de cuentas entre criminales. O como dijo el ministro de Seguridad Michael Soto en 2018, “La mayoría de estos homicidios son pugnas por narcomenudeo en ciertas zonas del país, como Limón y algunos distritos de la capital”.
Estas bandas son cada vez más frecuentes en el país, y también lo es la narcoactividad, aunque permanece lejana aún de los números del Triángulo Norte de nuestra región.
Ojeda también dice lo siguiente: “un homicidio doloso no lo comete alguien con permiso de portación de armas”.
Esto no es del todo cierto, porque sí existe un porcentaje de delitos con armas de fuego que son legales y están inscritas, aunque es bajo.
Ante declaraciones equivocadas en pro de la regulación de armas de la diputada Zoila Rosa Volio, el fact checker de la UCR, Doble Check, hizo el cálculo con información solicitada al OIJ para conocer la proporción entre armas inscritas y armas sin inscribir que se usaron en delitos en Costa Rica entre 2015 y 2018. Estos son los resultados:
Armas sin inscribir: 89,14%
Armas inscritas: 10,86%
La mencionada publicación de la UCR muestra además que muchas veces las armas de fuego ilícitas tienen su número serial borrado o limado, lo cual es seña de que posiblemente pasaron del mercado legal al ilegal en algún momento.
Pasando al tema de tener o no muchas armas en casa, hay un número en Costa Rica que sustenta la afirmación del MSP de que quizás tener tres armas en lugar de una no es necesario: En 2017 únicamente 4 civiles mataron a un ofensor en legítima defensa. Tener que recurrir al arma para defender la vida propia es un evento extremadamente raro en la vida de un ser humano.
“Con un arma de fuego una persona tiene suficiente para poder defenderse si esa es su decisión. Nadie tiene tres brazos para necesitar tres armas de fuego. Es absurdo”, manifiesta el viceministro Solano en este Explicador.
Veamos ahora estudios académicos recientes sobre relación entre más armas-más homicidios:
Este estudio de la Universidad de Montreal y este otro del Centro de Justicia Criminal y Juvenil de los Estados Unidos concluyen, respectivamente, que “La portación de armas está más bien asociada a elevadas tasas de homicidios, lo que es coherente con los trabajos que sugieren que las armas de fuego son el facilitador perfecto para cometer crímenes violentos”; y que “los resultados indican que una alta prevalencia de armas estuvo asociada a un alza de crímenes violentos. El estudio sugiere que una reducción en la prevalencia de armas tiene el potencial para reducir los crímenes violentos en Estados Unidos”.
Por otro lado, el think thank The Heritage Foundation defiende la portación de armas legales en manos de civiles publicando esta serie de datos, entre los que sobresalen:
-Los crímenes violentos van a la baja y esta ha sido la tendencia desde hace décadas en Estados Unidos.
-La principal preocupación de Salud Pública con respecto a las armas son los suicidios y la posesión ilegal de armas.
-Los homicidios con armas de fuego son cometidos por una muestra predecible de personas (antecedes, perfiles psicológicos, comportamiento entre conocidos y en redes sociales, etc.).
Pero bueno, dejemos los homicidios de lado. A estas alturas ya sabés que el enfoque primordial es con todas las muertes relacionadas con armas de fuego, no únicamente homicidios.
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¿Y entonces?
En definitiva, si nos enfrascamos en las tasas de homicidios para buscar la correlación entre posesión de armas de fuego y muertes causadas por armas de fuego, no obtendremos una respuesta muy clara. Pero esto cambia si en lugar de homicidios nos asomamos a muertes por armas de fuego. Y la tesis se refuerza si consultamos estudios de fuentes confiables (además de los mencionados en el artículo, por ejemplo, podés mirar esta lista de 6 estudios de Harvard).
A la hora de analizar la correlación entre alta posesión de armas y más muertes por armas, es un error común mirar únicamente las cifras de homicidios, porque no todas las muertes por armas de fuego son homicidios.
Incluso el Ministerio de Seguridad Pública cometió este error en el estudio que presentó a la Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Nacional, pues en el análisis no vienen cifras exactas ni comparativas por años de muertes causadas por armas de fuego. Se enfocan principalmente en homicidios.
Es preciso pensar que la proliferación de armas está ligada a un espectro mayor: el total de muertes por armas de fuego.
Te pedimos una sincera disculpa si ya estás un poco cansado o cansada de nosotros citando tanto estudio, pero un análisis de Harvard reveló que cuando alguien trata de matarse cortándose, sus posibilidades de conseguirlo a la primera son de 1,2%. Cuando lo hace con drogas o veneno, las probabilidades son de 1,5%. Cuando es saltando son del 34,5%. Pero cuando utiliza un arma de fuego, la cifra se eleva a 82,5%.
Hablando de posibilidades y usando lógica simple: el que haya más armas en casa aumenta las posibilidades de usarlas. Si no hay armas en casa, las posibilidades de jalar el gatillo son de 0%.
La Sala IV sentenció el martes 20 de agosto de 2019: “Diversos estudios empíricos han demostrado que las sociedades cuyos habitantes portan una mayor cantidad de armas son sociedades donde se cometen más delitos violentos contra la vida e integridad física de las personas”.
La respuesta de si Costa Rica sería más segura con menos armas por civiles se sabrá con exactitud únicamente si las reformas a la Ley de Armas se aprueban, pero echando un ojo a las cifras de países con muchas armas como Estados Unidos y en estudios académicos y científicos, podemos notar que el uso de armas para cometer homicidios, suicidios o muertes accidentales, aumenta significativamente cuando las armas están al simple alcance de la mano.