Los planes de viaje pueden afectarse en cualquier momento, por un atraso en algún vuelo. Me ocurrió el 27 de enero anterior.
Ese día tomaba un avión desde Shannon, Irlanda, hacia Londres, Inglaterra. Luego de una escala de poco más de una hora, debía continuar hacia Toronto, Canadá, y de ahí a Costa Rica.
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Sin embargo, al llegar a Londres empezó mi martirio. El vuelo hacia Toronto empezó a retrasarse y ser reprogramado.
Llegó el momento en que era inevitable perder la conexión hacia Costa Rica, con el agravante de que la línea aérea solo tiene un vuelo al día hacia Alajuela.
Cuando al fin abordé en Londres, sabía que al llegar a Toronto debía resolver mi viaje. Fueron más de cuatro horas de atraso.
Una vez bajé del avión en suelo canadiense, había personal de la línea aérea con carteles que indicaban voucher de comida y hospedaje. Les pedí información y avancé hasta otro puesto de atención al cliente.
Efectivamente me dieron dos vouchers para cambiar por comida en el aeropuerto, con un valor de 15 dólares canadienses cada uno. Además, me ofrecieron una noche de hospedaje, pues me ubicaron en el siguiente vuelo hacia Costa Rica, que salía al otro día a las 5 p. m. hora de Canadá.

Aquí hago un paréntesis. Al viajar, les sugiero tener alguna noción sobre líneas aéreas asociadas. Mi vuelo fue en Air Canadá, que es parte de la red Star Alliance.
Aunque opté por el hospedaje, agotado por el viaje y espera, estuve a punto de tomar otra opción que yo mismo les propuse.
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Al final de esa misma noche salía un vuelo de Avianca que podía llevarme a Costa Rica, aunque con una escala en Bogotá. En ese caso, habría llegado bastante antes al país.
Como ambas líneas aéreas son parte de la misma red, es posible la reubicación.
Una vez en nuestro país, busqué en la página en Internet de Air Canadá para hacer el reclamo por el atraso.
Completé la información con datos básicos, como número de vuelo, fecha, ruta y mi nombre. A los pocos días recibí el correo electrónico de confirmación que calificaba para una compensación.
Según el mensaje, el monto del reintegro se define en función de la distancia del vuelo y del retraso de cuatro horas respecto a la hora de llegada prevista del vuelo originalmente reservado.
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En concreto recibí un depósito de 600 euros, que al tipo de cambio de ese momento, representaban $650.
Mi vuelo original me había costado $750 ida y vuelta, así que, si se hace la resta, prácticamente terminé viajando gratis. Solo pagué $100 por un itinerario que me llevó hasta el otro lado del mundo.
Tome en cuenta que hay casos en que no aplica este beneficio, aunque el atraso sea mayor a cuatro horas. Esto ocurre, por ejemplo, cuando hay condiciones climáticas adversas, huelgas en los aeropuertos o si por seguridad un vuelo no puede despegar (atentados, cierres de espacios aéreos y otros).
El otro punto importante es que no todos los países protegen a los usuarios. La Unión Europea sí lo hace (yo empecé mi viaje en Irlanda), así como Reino Unido y Canadá.
En una ocasión anterior volaba de Lisboa, Portugal, a Terceira, en Islas Azores. El vuelo despegó con más de ocho horas de retraso debido a situaciones climáticas, y por lo tanto no calificaba para una compensación.
Si sufre un retraso de más de cuatro horas, revise en las condiciones de la aerolínea, quizás califique para un reintegro.