La dirigencia de Saprissa pegó el grito al cielo por el gol que el árbitro Keylor Herrera le anuló contra Cartaginés. Después, la Comisión de Arbitraje le dio la razón a los morados de estar molestos: Herrera se equivocó y anuló un tanto legítimo.
Saprissa corre el riesgo de no clasificar a las semifinales. Si esto pasa, sería la primera vez, bajo la gestión de Horizonte Morado, que el equipo no llega a las semifinales. Hace 15 años fue la última ocasión que no clasificaron.
Qué desastre sería eso para Saprissa: un rotundo fracaso en lo deportivo y una pésima noticia en lo económico, por el ingreso que podía asegurarse el club.
LEA MÁS: Saprissa no juega este fin de semana: entérese cuándo vuelve a jugar
Pero no hay que echarle la culpa a Keylor Herrera ni a nadie más. El único culpable de la situación que atraviesa Saprissa es el propio Saprissa.
En la cancha, el equipo perdió puntos importantes que lo tienen en este predicamento. Increíble que un club con la trayectoria de los morados, el de más títulos en el país, esté prácticamente con rosario en mano y encendiendo todas las velitas posibles para que Cartaginés o el mismo Puntarenas pierdan sus partidos y ellos puedan meterse.
Saprissa empató cinco encuentros en casa, o sea, dejó 10 puntos en el camino. Con la mitad de esos 10, más los tres puntos que seguro le darán del partido que no disputará contra Guanacasteca, los morados ya estarían clasificados con 41 unidades.
También perdió 15 puntos de visita al caer en cinco compromisos. En esas salidas, cayó ante los más flojos del campeonato: Santa Ana y Santos. Se entiende que en el fútbol se puede perder, pero ¿cómo no le vas a sacar por lo menos el empate a estos dos equipos, que siempre estuvieron peleando por no descender? Además, con Cartaginés, rival con el que los tibaseños pelean el cuarto puesto, perdieron cinco puntos de seis. Saprissa solo le pudo ganar un punto a los brumosos.
Eso es en la cancha, y fuera de ella, el club hizo las cosas mal, empezando por las dos contrataciones que hizo Sergio Gila y que no le han dado prácticamente nada a Saprissa. Sabin Merino y Nicolás Delgadillo son jugadores muy ralitos, flojos, y no había que ir al exterior o fijarse en una data que solo Gila sabe qué resultados arrojó para traer a estos elementos. Aquí, en el país, hay jugadores mejores que ellos.
Y para el que no quiere caldo, dos tazas. ¿Cómo es posible que Gila los fiche por dos años? No se conocen, no son estrellas, no se sabía si funcionaban o no. Entonces, traerlos por seis meses o un año, no por dos. Y ahí sigue uno sumando, como los seis partidos que no actuaron porque el club no podía obtener el permiso de trabajo por deudas, ni estuvieron en los partidos de Concacaf (de todas formas iban a dar lo mismo que han dado: prácticamente nada).
Al final, era mejor aumentarle el salario a Javon East que traer a Merino y a Delgadillo. O bueno, si no querían hacerle el incremento, bien pudieron decirle a Javon: “Le quedan seis meses de contrato y los debe cumplir”, y no complicarse con la presencia de los dos foráneos.
Saprissa ha sido irregular en todo el torneo, pero si no pudo resolver en su casa, no pudo ganarle a Cartaginés, y por su cuenta no pudo salir adelante, ¿cómo pretenden que otros le solucionen, le ayuden a clasificar y le salven la vida?

Si desea seguir el Blog de Saprissa, Actualidad Morada, aquí encontrará el enlace directo. Además, regístrese en El Boletín Morado para que lo reciba en su correo electrónico.