“No se preocupen, yo le digo al saprissista que no se preocupen”, dijo Erick Lonis hace tres semanas, cuando lo presentaron como integrante del comité deportivo de Saprissa.
Las palabras le salieron del alma, fueron sinceras, casi empujadas por ese corazón morado que le palpita en el pecho.
Erick sintió que debía volver a su casa, a su equipo, a ayudarlo, como hizo hace muchos años, cuando casi de puerta en puerta vendió palcos virtuales para salvar a Saprissa de la quiebra.
Regresó para arrollarse las mangas, para trabajar y, si es del caso, levantar la voz, tal y como lo hizo luego de la conferencia de prensa donde presentó a Newton Williams y a Gustavo Herrera, los panameños refuerzos del equipo.
Ahí, en los pasillos del estadio morado, le dijo a un periodista: “Yo estoy aquí para defender a Saprissa”.
Y lo ha demostrado, tanto que Juan Carlos Rojas, presidente de Saprissa, le agradeció por hacerse sentir en pro de la institución.
“Estamos trabajando unidos, con convicción. Y también con autocrítica —esto se los prometo. Gracias, Erick, por tu liderazgo que hoy quedó en evidencia. ¡Eso nos llena de ilusión!”, escribió Rojas en su cuenta de X, luego de la conferencia de prensa donde se presentaron a los refuerzos.
Lonis enfrentó a un periodista y lo retó a hacer la misma pregunta que le hizo a él a los dirigentes de otros equipos, quienes contratan extranjeros y, según Erick, nadie cuestiona si le están quitando un campo a un joven de liga menor, como le consultaron a él.

Erick no lleva capa, máscara ni siquiera se pone los guantes con los que durante muchos años defendió el marco morado. No es un héroe, pero sí es el hombre fuerte de Saprissa, decidido a hacer más grande el nombre del club, a defenderlo a capa y espada, aunque esto le cueste el regaño de Isabella, su hija, quien le reclama por estar tantas jornadas en la “Cueva”. Quizá Isabella es la única que lo doblega, pero ella es tan saprissista como él.
“Ya le dije: ‘Mi amor, ahora vamos a tener que ir a más partidos de Saprissa’ y ahí se terminan los problemas”, expresó Lonis entre risas.
Ese día que Lonis le dijo a los saprissistas que no se preocupen, no fue porque él es el salvador, menos llegó a hacer milagros. Le dio el sí a Saprissa dispuesto a trabajar y, en esa ocasión, recordó que ha estado en las crisis más duras del club, pero que las grandes instituciones siempre salen adelante.
Para los morados volvió el “Capi” y el “Capi” se arrolló las mangas y no deja de trabajar.