Víctor Cordero ahora lo recuerda entre risas, pero en su momento tuvo que dolerle. Cordero, hoy gerente deportivo morado, y anterior asistente de Vladimir Quesada reveló en Diálogos de La Nación una anécdota en su tiempo en el banquillo morado.
Cordero relata que en un partido en La Cueva, era unísono el: “Paté, Paté, Paté”, pero al lado de la línea de cal, Vladimir ni se inmutaba.
Conforme pasaron los minutos lo llamó para preguntarle, cuál era el cambio que pedía la afición. Y en realidad la variante que solicitaba la inclemente grada morada era el de él, pero como jefe del equipo.
El hoy gerente se ríe ahora mientras lo cuenta con calma, pero especificó que en el estadio Ricardo Saprissa en la cancha se escucha de todo.
“La cosa es que Vla está súper concentrado en el estadio y no había hecho cambios. Me llama y me pregunta: Víctor, ¿a quién quiere la gente que meta? Yo le dije que cómo... ‘Te están pidiendo que salgás’. No oía", relató Cordero.
Lo anterior es parte de lo que viven los entrenadores en alguna etapa de su carrera, pero especialmente el capítulo de Vladimir en el Monstruo tiene que ser algo aparte.
Siempre fue respetuoso con los jugadores, afición, superiores y medios de prensa. Vladimir se pudo haber ido tranquilo del MOnstruo, pues le dio un campeonato nacional: la estrella 34.
No olvidaré la imagen de felicidad en la puerta del camerino luego de vencer a San Carlos en el Carlos Ugalde. El día siguiente pese al triunfo en el difícil territorio de los Toros del Norte, la dirigencia decidió cesarlo.
Con puños apretados y una cara de felicidad, Vladimir abrazó a Víctor y recibió a los jugadores que iban entrando uno a uno al vesturario.
Era claro que Quesada no lo sabía, pero en ese momento la decisión de la cúpula morada ya estaba tomada: No continuaría como estratega del Saprissa.
Horas más tarde, el club anunció la llegada su rey: Paté Centeno. Y ya lo que sigue es conocido.