La anemia se ha hecho casi un amigo íntimo nuestro, porque habita en gran cantidad de hogares costarricenses. Pero esa familiaridad no debería hacernos perder la conciencia de que es una seria amenaza a la salud.
Tres de cada diez mujeres embarazadas y otro tanto de niños en edad preescolar la padecen, pero, aunque se insiste mucho sobre sus fatales consecuencias, su presencia no disminuye.
Y el asunto es que debería hacerlo, porque cantidad de estudios realizados tanto en Costa Rica como fuera de nuestras fronteras demuestran la estrecha asociación entre la anemia y la presencia de alteraciones en el comportamiento, crecimiento, desarrollo y socialización de las poblaciones que la sufren.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Nutrición de 1996, los niños preescolares y las mujeres en edad fértil son los grupos más vulnerables. Además se sabe que golpea con mayor severidad a las poblaciones rurales, en las que el 32,7 por ciento de los preescolares tiene anemia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) sus causas son múltiples y complejas. Entre las principales están: el bajo consumo de hierro, y la pérdida excesiva de sangre durante la menstruación y el parto. También influye el escaso consumo de otros nutrientes y alimentos que ayudan a una mejor absorción del hierro, los parásitos, las infecciones crónicas o recurrentes y el sida.
Soluciones en la mira
Frente a esto hay acciones concretas que pueden tomarse a nivel general, es decir, en medios gubernamentales, para garantizarle a la población un consumo apropiado de hierro, y también en el hogar. Hay pequeños trucos que contribuyen a que logremos asimilar ese mineral de una mejor manera a partir de los alimentos que consumimos. (Véase recuadro Trucos de hierro)
Las autoridades de salud tienen su mirada puesta en la adición de hierro a diversos alimentos como la harina de trigo y de maíz. Y ya se han firmado decretos que establecen la obligación de agregarle el mineral a esos productos de consumo masivo.
Y es que según un estudio realizado en niños de 3 a 6 años de Desamparados y Paso Ancho, se logró determinar que después de comer productos preparados con harina de maíz reforzada con hierro, elevaron sus niveles de hemoglobina en la sangre, en un lapso de seis meses.
La nutricionista Grace Abarca ve con recelo estas medidas porque considera que se corre el riesgo de propiciar un consumo excesivo de hierro en aquellas personas que tienen una ingestión adecuada.
Ella considera que la mejor alternativa es aumentar el consumo de productos ricos en este nutriente como las carnes rojas, las frutas y vegetales.
Por su parte, el hematólogo Elías Jiménez Fonseca dice que todo niño que no es amamantado debe recibir hierro suplementario después de los cuatro meses de edad. Aquel que toma leche materna debe ingerirlo después de los seis meses de edad. Ambos grupos hasta el primer año de edad.
El énfasis que hace este pediatra en torno a la necesidad de suministrar hierro a los bebés se base en gran parte en un estudio que él mismo dirige desde 1983 en Desamparados y Hatillo y que ha demostrado que quienes padecen anemia en los primeros años de vida tienen un alto riesgo de padecer en alteraciones en su desarrollo futuro.
En este sentido, el médico fue claro: se puede corregir la anemia, pero, las alteraciones quedan latentes y repercutirán en el rendimiento educativo y social de la persona.
Por esto es tan importante establecer una barrera, con medidas alimentarias, en contra de la anemia, para evitar que haga daño a nuestros niños.
Evite la anemia
Mantenga la lactancia materna por lo menos durante los seis primeros meses de vida.
Los bebés deben tomar suplementos de hierro después de la edad de cuatro meses y hasta cumplir un año.
Si un niño nació antes de las 37 semanas de embarazo, debe tomar hierro desde el mes y hasta el año de edad.
El hierro debe darse preferiblemente con jugo de naranja, nunca con leche.
Las embarazadas deben tomarse los suplementos vitamínicos que su médico les recomienda.
Rocíe los alimentos con limón ácido.
Coma cítricos como la naranja, la mandarina, la piña, después de las comidas.
Consuma morcilla o hígado una vez por semana.
Acompañe sus comidas con ensaladas de vegetales crudos y agrégueles limón ácido.
No tome café o té inmediatamente después de las comidas y no más de cuatro tazas diarias.
Tome leche durante el desayuno o entre comidas, pero no acompañe su almuerzo o cena con este producto, porque reduce la absorción del hierro.
Incluya en su dieta carnes rojas, yema de huevo, frijoles y hojas verde oscuro tales como: mostaza, hojas de rábano, culantro y apio.)
La manzana, el aguacate, el caldo de frijol y el guineo no contienen hierro, como erróneamente se cree.
Mezcle alimentos que contienen hierro vegetal con aquellos de origen animal, por ejemplo: arroz y frijoles con un picadillo de mostaza con carne de res.
Fuente: Guías alimentarias para la educación nutricional en Costa Rica, del Ministerio de Salud.
Conózcala
¿Qué es la anemia?
Es la disminución de la hemoglobina de la sangre, producida generalmente por el bajo consumo de productos que contienen hierro. La hemoglobina transporta el oxígeno por el organismo.
¿Cuándo hay anemia?
En el caso de las mujeres embarazadas y niños menores de cinco años, cuando la hemoglobina es inferior a 11 gramos por decilitro de sangre. En escolares y adultos cuando es inferior a 12 gramos.
¿Qué consecuencias tiene?
La anemia durante el embarazo ocasiona una mayor tasa de mortalidad materna, puede causar parto prematuro y niños con bajo peso al nacer.
Afecta la actividad funcional y la capacidad de trabajo y el rendimiento escolar.
Produce alteraciones en el comportamiento, en el desarrollo, crecimiento, socialización de las poblaciones afectadas.
¿Cómo saber si se tiene anemia?
Los síntomas son palidez, cansancio, sensación de sueño, debilidad.
Es recomendable realizarse un examen de sangre cada año a partir del año de edad y las mujeres embarazadas deben realizarse esta prueba en la primera consulta y a los siete meses de gestación.
Fuente: La salud en las Américas, Dr. Elías Jiménez Fonseca, Hospital Nacional de Niños.