Ha muerto a la edad de 103 años, la bailarina, maestra y coreógrafa costarricense Hortensia V. Fonseca, “Tensia”, como le llamaron sus miles de alumnos.
Doña Hortensia emigró a los Estados Unidos en 1945, persiguiendo el sueño de convertirse en una bailarina clásica profesional.
Sus inicios en la danza los realizó en San José, de la mano de las pioneras, también casi olvidadas, Margarita Bertheau, Margarita Esquivel Rohrmoser y Grace Lindo.
Ya estando en Nueva York, toma clases con sobresalientes maestros como Bronislava Nijinska y George Balanchine, quien le invita a formar parte del Ballet Theater, hoy American Ballet Theater.

Ella rechazó esa gran oportunidad, pues el amor se interpuso, y doña Hortensia se casa con Jaime Fonseca y se mudan a Washington D.C. Allí, ella continúa entrenándose con Mary Day y una variedad de maestros que radicaban o pasaban por la capital.
Es en ese momento cuando descubre su vocación de maestra y la pasión por la enseñanza a niños y jóvenes con la intención de llevarlos a la categoría profesional.
Inicia en el sótano de su pequeña casa en Wheaton Silver Spring, pero fue tal la cantidad de niños y niñas que acudieron que tuvo que mudarse a un lugar más adecuado en Bethesda, Maryland.
Es así como nace el Maryland Youth Ballet en 1971, escuela y compañía que, bajo su dirección, hizo posible el desarrollo de grandes artistas de la danza como Susan Jaffe, Deidre Byrne, Mark Morris, Daniel Applebaun y muy especialmente la superestrella Julie Kent, principal del American Ballet Theater de 1985 a 2015 y principal del Washington Ballet del 2016 al 2023.
La bailarina costarricense Marianela Rodríguez Desanti tuvo la suerte de ser formada por doña Hortensia, ya que radicaba en Washington por el trabajo de su padre, el economista Ennio Rodríguez.
Es imposible enumerar los múltiples premios a una vida dedicada a la danza pero sobresalen la Medalla de Honor a la trayectoria del Senado de los Estados Unidos de América y Maestra del Año por la revista Dance Teacher.
Doña Hortensia siempre prefirió el premio de ser tan querida por cientos de alumnos y sus familias y por ver a sus alumnos en las mejores compañías de los Estados Unidos y de muchas otras partes del mundo, lo que logró ver exitosamente.

No todo fue fácil…Doña Hortensia pierde a dos de sus hijos: Paul Fonseca y la gran promesa masculina del ballet Peter Fonseca, quien ya destacaba en el American Ballet Theater, en 1986, bajo la dirección de Mikhail Baryshnikov. Hoy le sobreviven tres hijos y diez nietos.
Pocas personas en Costa Rica sabían de esta enorme figura de la danza mundial, pero algunos la seguimos y admiramos profundamente… Sin embargo, las autoridades de la cultura y el gremio de la danza costarricense nunca le hicieron un reconocimiento en tan larga y exitosa vida profesional.
¡Descanse en paz, doña Hortensia! Su misión está más que cumplida.