
Martha Nussbaum, reconocida filósofa estadounidense, trata en profundidad el tema de la ética relacionada con la fragilidad de la vida humana y la manera actual en que estas —a su vez— se relacionan con las emociones en la vida pública, en la vida política de los seres humanos.
Además, la autora reconoce la importancia de la compasión y el respeto a las capacidades humanas fundamentales (como la capacidad de pensar y expresar el pensamiento) para alcanzar algún estado de vida que se pueda considerar digno y pleno; un estado de felicidad, si tal condición tuviera lugar en la realidad.
Los asesinatos en el distrito Catedral, novela que recién ha publicado María Flórez-Estrada Pimentel, a pesar de que en su título sugiere ubicarse en el ámbito de la literatura de crímenes, que en efecto relata un crimen y cumple con el requisito básico de la presencia del cadáver, va mucho más allá.
La novela explora, en un tiempo 20 siglos adelante de la actualidad, la naturaleza humana. Este recurso literario de ambientar la historia en el futuro, en un futuro muy lejano, ayuda a comprender que la realidad de la criatura humana se configura dentro de sí misma en su naturaleza como tal, a pesar de tratarse de ¡la criatura más abominable del Verso!

El texto ayuda a desafiar, contradecir y verificarlas concepciones que históricamente hemos configurado sobre las pasiones y emociones que mueven a las personas, indistintamente de su sexo; de manera clara se presenta como un texto para pensar en la sociedad que promovemos y en el papel que cada persona quiere cumplir a lo interno de este juego de piezas que es la realidad.
En el escenario del año 4035, los seres humanos, con sus avances tecnológicos, el saber acumulado por el paso del tiempo y el planeta en ruinas ecológicas y sanitarias, las pasiones y emociones humanas parecen ser las mismas; especialmente, si se piensa en el diálogo que se establece con la novela policial de mediados del siglo XX, que explora la descomposición social, al estilo de las novelas de Dashiell Hammett, con lo cual se establece el lazo espaciotemporal entre el siglo XX y el siglo XLI, tema que se convierte en un acierto de la novela porque logra explorar, mediante los personajes femeninos, la vida de las mujeres desde mediados del siglo XX hasta el ficcional 4035, en un mítico planeta habitado solamente por mujeres.
Los personajes se construyen desde el significado etimológico básico de la palabra persona, entendida como la máscara característica desempeñada en la trama literaria, de ahí la recurrencia a nombrar las fachadas que —gracias a los avances tecnológicos— logran proyectar los sujetos, masculinos, femeninos, androides y holográficos presentes en la ficción futurística.
Las máscaras o fachadas se deconstruyen en la novela a través del recurso del psicoanálisis y la búsqueda del inconsciente, lo que finalmente terminasiendo una metáfora del descubrimiento de la identidad de quien comete los asesinatos.
El planeta Kepler 186-F, en tanto exoplaneta, representa en el escrito ficcional una propuesta de un mundo alternativo para las mujeres, a través de todo el espacio tiempo desde el siglo XX hasta el año 4035, en donde las esencias femeninas se rescatan y se despojan de las exigencias culturales históricas sobre el rol que deben cumplir para ser socialmente aceptadas.
Con humor, con ironía y sarcasmo agudo,la novela presenta discusiones existenciales que van más allá de la vida y la muerte, como podría sugerir el título; se trata más de pensar en la libertad de vivir la vida en sociedad, pero de manera autónoma y el costo social, desde la perspectiva de la moral, lo aceptable y lo público que tal ejercicio implica.
En el texto se plantea la posibilidad de escoger la vida que cada persona desea vivir, se le resta victimismo a las decisiones que cada quien toma y se plantea fuertemente la idea de que las personas, en general, toman en sus vida decisiones para la sobrevivencia y que al final, cada quien vive la vida que cree que le resulta más acorde con lo que puede sobrellevar.
Aquí es donde entra en función el tema de la ética de la fragilidad humana, porque aún en condiciones muy desventajosas, los seres humanos son capaces de pensar y valorar sus propias acciones; difícilmente no se estima el costo de las elecciones de vida que se toman, de modo que las personas escogen el camino de vida y el precio que prefieren pagar. Con ello, se reconoce la capacidad que todos y todas (principalmente) pueden ejercer para asumir la responsabilidad de la vida que llevan.