
Todo está interconectado, aunque frecuentemente las cosas no tienen mucho sentido, pero también todo parece estar vigilado por algo o alguien más. Para el escritor estadounidense Thomas Pynchon, así se siente ser parte de un mundo marcado por la omnipresencia de la tecnología y el progreso económico.
En su última novela, Shadow Ticket(2025), Pynchon regresa después de trece años de silencio para plantear una historia que lanza advertencias a través de paralelismos con un momento histórico de pre-fascismo y especulación política.
Ubicado en 1932, el relato se enfoca en el detective Hicks McTaggart, quien trabaja en Milwaukee después de muchos años de dedicarse como matón profesional. En medio de la Gran Depresión, y una prohibición federal de consumo de alcohol, este detective recibe un encargo muy inusual: encontrar a la heredera perdida de un imperio de producción y venta de queso.
A partir de esto, Pynchon muestra escenarios marcados por mafias, submarinos que resisten armisticios, y romances ocasionales que llevan a este detective a cruzar el Atlántico para encontrar a una joven que huyó con un clarinetista de jazz hacia Europa.
Con Shadow Ticket, este autor nos lleva a experimentar el caos de mundos que funcionan paralelamente sin conocerse. En fin, Pynchon nos lleva a preguntarnos de dónde viene todo lo que nos rodea.
Esfinges y conspiraciones. Thomas Pynchon ha sido un escritor recluso durante toda su carrera. A parte de dos apariciones en Los Simpson, en donde se muestra tapando su rostro con una bolsa de papel, y otras breves incursiones en la vida pública, su figura está cargada de misterio. Quizás por esto, él es la persona más indicada para hablar sobre secretos y paradojas.
En Shadow Ticket, como en toda su obra, los personajes nunca están en control de lo que les sucede. Recogen pistas y con estas arman rompecabezas que apuntan a grandes complots que nunca llegan a concretarse.
Hicks McTaggart, mientras realiza su trabajo, conoce a espías, a ladrones de joyas, e incluso a un gólem judío, que le hablan de nuevos órdenes políticos y de altos mandos en donde se toman decisiones que afectan al planeta. Sin embargo, este detective solo puede seguir con su misión y dejar de lado las sensaciones de descontrol que lo oprimen.
Pynchon, en esta novela, propone que nuestras paranoias son respuestas naturales a épocas históricas que nunca llegaremos a entender del todo, pues se viven en el presente. Este autor señala que no somos realmente conscientes de todos los sistemas de los cuales somos parte hasta que colapsan.
No por nada, McTaggart busca a una joven heredera de una fortuna producto de la comercialización de queso. Lo que al inicio parece ser un juego absurdo y paródico con el género de la novela policiaca, termina revelando nuestra ignorancia sobre todas las infraestructuras necesarias para consumir lácteos en nuestras mesas todos los días.

Para Pynchon, la vida moderna se siente como una conspiración de esfinges. Constantemente, encontramos acertijos que son difíciles y que muchas veces no nos competen directamente. Pero esto no es el problema. Este escritor nos sugiere que resolver un acertijo no implica que podamos hacerlo con los demás.
Patrias inesperadas. Shadow Ticket es una novela de exilios. De alguna u otra manera, sus personajes no regresan a los lugares de donde partieron.
McTaggart parte de un Estados Unidos próximo a elegir Franklin D. Roosevelt como presidente. Sin embargo, Pynchon nos introduce a una realidad alterna: un grupo de millonarios ejecuta un golpe de estado e impone a un líder militar.
Así, se termina de unir el pasado con nuestra actualidad. Pynchon nos insinúa que las victorias de la historia pudieron haber sido fácilmente derrotas, que todo lo que damos por sentado se puede perder casi al instante.
En este libro, crecer conlleva hacer las paces con la desesperanza de entender que aquello que pudo haber sido posible para muchos, ya no lo es para nosotros.
Aun así, Pynchon no cae en pesimismos. A pesar de nuestros miedos y la creciente incertidumbre de pertenecer a una sociedad que nos vigila cada vez más, tenemos que seguir adelante, encontrar nuestros propios significados.
En medio del desorden y la ansiedad, al final, Shadow Ticket cierra con un mensaje de despedida en el cual un colaborador de McTaggart le relata sus planes para el futuro. “Mientras tanto, tenemos un par de atardeceres que perseguir”, le dice.