La escultura monumental Malabares, de la artista costarricense Ingrid Rudelman, se instaló el pasado mes de diciembre en la Zona Franca Evolution, ubicada en Grecia. Así culminó un proceso creativo y logístico que se extendió por casi dos años.
Con 8 metros de altura y una colorida paleta de colores, la obra está compuesta por poliedros tridimensionales que, según la artista, representan estructura y estabilidad, mientras su interacción geométrica genera un juego visual que sugiere la diversidad y la interconexión de ideas.
El púrpura, asociado a la creatividad y lo sublime; el verde, vinculado con la naturaleza y la armonía; y el naranja, símbolo de vitalidad y optimismo, conviven en la pieza con intenciones simbólicas, que según Rudelman buscan despertar reflexión y dinamismo en el espectador.
El proceso de creación inició en octubre de 2022, cuando representantes de la Zona Franca contactaron a Rudelman para adquirir la obra. El tamaño y la complejidad de la escultura implicaron un diseño meticuloso que incluyó cálculos estructurales y selección de materiales adecuados.
El título Malabares surgió de una conversación con un trabajador nicaragüense, quien le compartió a Rudelman las dificultades y maniobras que debía realizar para sostener a su familia, inspirando así la denominación de la pieza.
Para Rudelman, la instalación de su obra en un espacio tan visible es un paso significativo en el ámbito de la escultura, históricamente dominado por hombres.
“Es una manera de demostrar que podemos romper esos estereotipos que han persistido a lo largo del tiempo. Es un honor que hayan elegido mi obra para un proyecto tan importante para la economía del país, así como las historias que narran mis figuras tridimensionales”, expresó la escultora en un comunicado de prensa.
A continuación le dejamos las imágenes del proceso de creación, así como de la instalación de Malabares.