
El escritor Rodrigo Soto ha escrito abundantes obras de ficción, pero en los últimos años se ha abocado a las historias de vida. Convergentes. Memorias del barrio (2025, edición del autor) se asoma a los barrios modernos de San José en los años 60 y 70 para narrar cómo se vivió esa expansión de la capital.
“(Esta publicación) es un intento de volver sobre ese tiempo. El libro reúne una cincuentena de textos breves sobre la ‘urbanización La Salle’, mi barrio de crianza. Más que cuentos, se trata de historias familiares e historias de vida, memorias personales y colectivas y apuntes de distinto tipo sobre quienes habitamos ese espacio en aquel tiempo”, escribe Soto. A continuación, un texto de Gilberto Lopes sobre Convergentes.

Convergencias
He terminado el recorrido. De la mano de Rodrigo Soto me he asomado al patio de las casas, entrado a las salas, metido a los cuartos en un recorrido por el barrio La Salle, donde residen los recuerdos que nos cuenta en estas historias.
Se puede decir muchas cosas. Sobre el libro, una cuidadosa edición de autor por la que entramos al barrio y transmite esa misteriosa sensación de familiaridad que el formato de algunos libros transmiten.
Es un libro curioso, original. ¿Novela? ¿Por qué no? Entretejida con los hechos de la vida, con los recuerdos. Rodrigo construye ese barrio, con sus casas, con sus entradas –la primera y la segunda–, con sus calles, pero el hilo que le da vida, con el que va costurando su tejido, son las relaciones humanas que lo conforman. De algún modo, la que hemos vivido todos, por lo menos en los barrios de las ciudades nuestras, hace 50 (o 60) años. Eso nos hace fácil rehacer con él el tejido que va tejiendo.

El libro es una historia de una parte de San José, pero una historia poco habitual. Construida con personajes reales a los que Rodrigo les da vida con una notable investigación sobre fechas, color de los ojos, relaciones maritales o profesiones. Temores y alegrías. Una notable reconstrucción que habrá de provocar más de un recuerdo a quienes están retratados ahí.
Pienso que es un libro que ganará relevancia con el tiempo, porque es un libro que lo rescata y que será más importante en la medida en que vaya siendo, cada vez más, pasado, tejido raído, bruma...
Por sus características, el libro desafía el talento narrativo, quizás como ningún otro ya escrito por el autor, casi siempre regidos por las reglas más trilladas de las novelas.

Era un riesgo, difícil, salir airoso de los recovecos del barrio. Del que sale Rodrigo una noche, con un grupo de octogenarios y nonagenarios, cuando lo vuelve la recorrer muchos años después y los encuentra escondidos en las calles, y por más que se esfuerce, no logra distinguir sus rostros, ni saber, con certeza, si es él mismo o si son sus padres los que pueblan esas calles, construidas de recuerdos.
