Londres (AFP). El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, tuvo que hablar con la policía tras haberse puesto al volante sin el cinturón de seguridad, dos días después de salir ileso de un accidente de tráfico.
La policía se ocupó del caso después de que la prensa publicara fotos tomadas el sábado en las que aparecía el príncipe, de 97 años, sin cinturón de seguridad al volante de un nuevo Land Rover Freelander.
“Esto responde a nuestra reacción habitual cuando nos enteramos de unas imágenes así, donde se muestra este tipo de delito”, explicó una portavoz de la policía, quien agregó que “se dieron los consejos apropiados al conductor”.
El jueves, el príncipe salió airoso de un accidente de tráfico cerca de Sandringham, en Norfolk al este de Inglaterra, donde Isabel II y él pasan gran parte del invierno.
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El vehículo volcó tras salir de un camino de la propiedad real para incorporarse a una carretera y chocó con un Kia en el que viajaban dos mujeres y un bebé de nueve meses, que no resultó herido. La pasajera se rompió la muñeca y la conductora resultó levemente herida en la rodilla.
De hecho, la pasajera Emma Fairweather se quejó en el diario Sunday Mirror de este domingo de no haber recibido ninguna disculpa del príncipe.
Conocido por su carácter impetuoso y sus bromas políticamente incorrectas, el duque de Edimburgo se retiró de las actividades públicas en 2017 tras haber participado en más de 22.000 actos públicos oficiales desde que su esposa llegó al trono en 1952.