Muchos grabaron en su cabeza la fecha del 19 de junio como el día de lanzamiento del videojuego The Last of Us Parte II.
La fiebre no es para menos, pero justo este viernes también habrá una ola de lanzamientos que conviene tener presentes y que se miran como algunas de las producciones más interesantes que habrá para finalizar este primer semestre del 2020, en el que muchos álbumes han sido postergados a causa de la pandemia por el covid-19.
Curiosamente, tres de estas novedades son importantes retornos de artistas de distintas generaciones, pero con temas en común en sus letras.
La melancolía de un viejo maestro
Rough and Rowdy Ways es Dylan en su mejor faceta de evocador y enciclopédico. Con 10 canciones en un disco de más de una hora de duración, el álbum rebosa de metáforas creativas y amplias referencias a la historia, la literatura y el arte. Su narración es desenfrenada y opaca; nunca se sabe a dónde va una canción hasta que la siguiente ya ha comenzado”.
Así describe Patrick Ryan de USA Today el nuevo disco de Bob Dylan, titulado en español “Ásperas y ruidosas maneras”, que de paso es un confrontación con la mortalidad del veterano cantautor de 79 años.
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Con una calificación perfecta en Metacritic, este disco podría tener los ecos que provocó You Want It Darker, el último álbum de Leonard Cohen en el que dialogaba con la muerte y le daba su bienvenida (Cohen murió pocas semanas después del lanzamiento; esperemos que no sea el caso con Bob).
Dylan rara vez ofrece entrevistas, pero previo al álbum conversó con The New York Times sobre Murder Most Faul, una canción de 17 minutos escrita “hace muchos años” y que se convirtió en su primer número 1 en Billboard.
Al respecto, Dylan reflexionó sobre cómo su vida pertenece a un mundo obsoleto, y cómo este sentimiento permeó el nuevo disco. “Definitivamente ahora hay mucha más ansiedad y nerviosismo de lo que solía haber. Pero eso solo se aplica a personas de cierta edad. Tenemos una tendencia a vivir en el pasado, pero solo somos nosotros. Los jóvenes que están en la adolescencia ahora no tienen memoria para recordar. Por lo tanto, probablemente sea mejor entrar en esa mentalidad lo antes posible, porque esa será la realidad”.
El duelo de la generación millenial
Al escuchar Garden Song, el primer adelanto que Phoebe Bridgers dio sobre su nuevo disco Punisher, da la impresión de que la californiana canta bajo el agua.
Toda su música se resume en experiencias similares. En vendavales como Motion Sickness, en caminatas por un antiguo barrio como en Scott Street... Son temas inevitablemente inmersivos en atmósferas de pérdida y amores lejanos.
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Con Punisher, Bridgers demostrará que su primer álbum Stranger in the Alps no fue una casualidad. Es una joven artista que se consolida y arrasa, al paso de tristes baladas que sirven como red de pesca para veinteañeros como ella. Basta mirar su Facebook y encontrar la cantidad de revistas que la han elegido como portada con miras a su nueva producción.
Ella, por su parte, no toma poses. Sea aparecer en el programa de Jimmy Kimmel cantando en pijamas desde su bañera o publicar un videoclip con deliberados efectos visuales cutre, a Bridgers lo que le interesa es encontrar los acordes que están definiendo su vida.
Las heridas abiertas de un eterno adolescente
Han pasado más de veinte años desde el momento en que Mike Kinsella se dio a conocer con el primer disco de la banda American Football. Era un muchacho que encontraba refugio en describir sus dilemas aún adolescentes; ahora es una adulto padre de familia con otra clase de problemas.
Pero nada ha cambiado en su mirada: continúa viendo sus experiencias como heridas que solo cicatrizan cuando toma la guitarra. Con su proyecto solista llamado Owen, ha encontrado aún mayor libertad para contar lo más íntimo de su vida.
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Con una amplia discografía en solitario que vale la pena visitar por su sensibilidad (posiblemente Kinsella sea uno de los mejores letristas de la actualidad), la ansiedad siempre está presente en su música. Con Avalanche, su nuevo álbum, nada parece cambiar para bien.
“Nueve canciones de indie rock acústico exquisitamente elaboradas nos llevan a su corazón, a veces con demasiado dolor. Nos lleva a las profundidades oscuras de su propia psique. Kinsella tiene la oportunidad de dejar que su lirismo realmente tome el centro del escenario”, escribe Dave Beech sobre el disco en The Line of Best Fit.
Avalanche es el nuevo episodio de una bibliografía personal que Kinsella ha decidido compartir. Es un libro abierto que promete abarcar los matices que han definido su carrera, una que va desde la resignación y depresión hasta la redención personal.