Todos los ojos de Estados Unidos, y quizá de todo el mundo, estarán puestos esta noche en el auditorio de la Universidad de Belmont, en Tennessee, donde el presidente Donald Trump y el candidato de los demócratas, Joe Biden, se darán cita para el último debate previsto en esta contienda electoral.
Y con razón. A solo diez días de los comicios de este 3 de noviembre, el intercambio es visto como el último gran momento para alterar el curso de una carrera que, según todas las encuestas, se está inclinando en favor del candidato demócrata.
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Es que un simple debate podría cambiarlo todo o bien ensanchar la brecha entre los candidatos. ¿Quiere ver qué sucede esta noche?
A las 7 p.m (hora tica), las principales cadenas de noticias estarán transmitiendo el debate en vivo. Lo harán por medio de sus canales de cable y sus respectivas plataformas digitales
La diferencia es que algunos canales lo harán en inglés y otros con traducción simultánea en español.
Las opciones para verlo.
En Costa Rica, las personas interesadas podrán ver el debate por medio de CBS4 News (Kölbi Digital en el canal 214; Kölbi en el canal 30; Telecable en el canal 19), o bien por NBC (Kölbi Digital en el canal 213; Kölbi en el canal 29; Tigo en el canal 186).
También por CNN (Kölbi Digital en el canal 652; Kölbi en el canal 5; Cable Tica en el canal 59; Tigo en el canal 3), o bien, Fox News (Kölbi Digital en el canal 651).
Quienes no comprendan el idioma inglés, CNN es Español contará con transmisión simultánea al castellano.
En el caso de Univisión, este trasmitirá en vivo por medio de su página web, así como en las cuentas de Twitter, Facebook y YouTube de Univisión Noticias. Lo mismo ocurrirá con Telemundo, que a través de sus redes sociales llevará el detalle del debate con transmisión simultanea en español.
Tome en cuenta que el debate tendrá una duración de 90 minutos y será moderado por Kristen Welker, periodista de NBC News. Habrá un total de seis segmentos, cada uno de los cuales durará 15 minutos y en los que cada candidato tendrá dos minutos para intervenir sin interrupciones.
Luego se pasará al debate abierto. Uno contra uno.
El panorama.
Tanto en el promedio de encuestas de RealClear Politics como en el de FiveThirtyEight, Biden le saca a Trump 10 puntos o más a nivel nacional. Y va a la cabeza, aunque por menor margen, en 9 de los 10 estados llamados indecisos o swing states, es decir, los que van a definir quién se queda con la Casa Blanca.
Aunque Trump sigue diciendo que los sondeos están equivocados y que terminará imponiéndose pese a ellos, como sucedió en el 2016, el panorama –y su actitud en estos últimos estos días– indica que llega al encuentro a la defensiva y necesitado de algo explosivo que pueda cambiar la trayectoria.
Biden, por su parte, está en un universo opuesto. De allí que su estrategia, tanto en los días que le faltan a la contienda como para el debate, es no cometer errores que pongan en riesgo su liderato. Dos escenarios que quedaron muy claros esta semana.
Mientras el exvicepresidente se encerró en su casa de Delaware para preparar su artillería, Trump viajó a varios estados para eventos de campaña en los que elevó tanto el tono de su retórica como la virulencia de sus ataques.
Quizá lo más polémico haya sido su pedido al fiscal general, William Barr, para que anuncie la apertura de una investigación contra Biden y su hijo Hunter por supuesto tráfico de influencias, a raíz de la publicación de unos e-mails no corroborados en los que se habla de una supuesta cita entre el exvicepresidente y uno de los ejecutivos de la firma ucraniana en la que trabajó su hijo.
Biden ha dicho que esa reunión nunca se dio y ni siquiera es claro si los e-mails son legítimos.
Preparados para el enfrentamiento.
Aunque se espera que el encuentro entre Trump y Biden sea combativo, los organizadores del evento han tomado ciertas precauciones para evitar que se presente la debacle del debate anterior, cuando Trump interrumpió a Biden y al moderador más de 120 veces durante 90 minutos, y a veces a los gritos.
En esta ocasión, cada candidato tendrá dos minutos al comienzo de cada uno de los seis segmentos previstos, durante los cuales el micrófono del otro estará apagado.
Si bien eso limitará las interrupciones, igual se espera que sea caótico, pues tras los dos minutos seguirán otros 10 de discusión abierta. En el trasfondo del debate habrá otro tema que ha comenzado a preocupar y también puede surgir. En todo el país se han comenzado a registrar reportes sobre intimidación de votantes en los puestos habilitados para sufragar.
En Nevada y Tennessee, decenas de sus simpatizantes, algunos armados, se pararon frente a los puestos de votación, dificultando el acceso y causando miedo entre los electores. En Florida, Alaska y Arizona, votantes demócratas han comenzado a recibir e-mails en los que se les advierte que habrá consecuencias si no votan por Trump.
Los e-mails están asociados con los Proud Boys, una organización de supremacistas blancos y de extrema derecha que el presidente se negó a denunciar en el último debate con Biden. Proud Boys ha dicho que no tiene nada que ver con la campaña de intimidación.
En Tennessee, además, a varios electores se les negó su derecho a sufragar por llevar puesta una camiseta de Black Lives Matter. Las reglas del estado impiden que las personas ingresen a los puestos de votación con indumentaria que refleje su favoritismo hacia algún candidato. Pero Black Lives Matter no tiene afiliación política y, por lo tanto, fue ilegal impedir el ingreso de estos votantes. Eso llevó a la destitución de los responsables.