Soy el caliente, La chica de los ojos café, El comisario... canciones del reggae de comienzos de los años 90 que sonaron fuerte en las radios locales, todas en la voz de la leyenda Martin Scott, pionero del género en nuestro país.
Reconocido por abrir trecho y recordado por muchos gracias a su trabajo la radio así como también por ser parte de la movida que a finales de la década de los años 80 e inicios de los 90 fue forjando las bases para que el reggae costarricense llegara a ser lo que hoy representa para la cultura nacional.
¿Quién no se acuerda también de su paso por el famoso programa TV Mejenga, de Alejandro Rueda? Martin era el encargado de la parte musical, era el director de la famosa Cimarrona del programa de concursos que empezó en canal 2 y luego se consolidó en canal 7. Era la mente maestra detrás de las intervenciones publicitarias de marcas como Palí, Pan Pochet e Pioner.
De fijo muchos recordarán cómo terminan estas frases: “Compre en Palí... Zaaa...” “Pan, Pochet, pan, Pochet, pan para...”, “Y un balón...” o “Préstamos rápidos y sin demora...”.
De su paso por la televisión, que comenzó con el programa Matarile de canal 2, Scott guarda el cariño del público costarricense que lo conoció a través de la pantalla chica y que gracias a eso su notoriedad se extendió más allá de la música.
“Si hay algo que yo agradezco es que la gente ha sido lindísima conmigo siempre. Le voy a contar algo increíble para que se dé una idea de cómo son conmigo: fíjese que todavía me paran en la calle y me dicen que los salude el domingo en el programa y TV Mejenga se terminó hace más de seis años”, recordó Scott entre risas.
“Antes que sacar pecho por eso, lo que tengo es un gran agradecimiento por el cariño. Las cosas que he hecho en mi vida es porque me gustan, no las he hecho para sobresalir y seguro eso es lo que transmito y las personas se ven identificadas”, agregó.
Pionero
Hace unos días Martin fue invitado al programa Los Gordos Podcast de Toledo, DJ P y Johnny Roper, ahí compartió diferentes anécdotas de su vida como artista y recordó sus inicios.
Tal vez habrá algunas personas que lean esta nota y no ubiquen tan fácilmente a Martin en la música, pero desde que estaba chiquillo esa fue una de sus grandes pasiones aunque no se imaginaba que su talento le diera de comer en algún momento de su vida.
La música estuvo siempre en la familia de Scott. Josefino de nacimiento y orgulloso de sus raíces negras, Martin traía el sabor en la sangre y también heredó el gusto por parte de su padre Tomas y su hermano Mario, conocido como Nini.
El papá de Scott trabajaba en Nueva York y allá en sus ratos libres se encargaba de poner la música de las fiestas de los ticos que vivían cerca. Así que el señor Scott aprovechaba su localización física privilegiada para enviarle a sus hijos los últimos discos de la música que estaba de moda en aquellos tiempos.
Su hermano mayor era DJ en la famosa discoteca Talamanca, en San José; él era quien ya tenía carrera poniendo música en fiestas y bailes, pero un día que él no pudo asistir al trabajo fue Martin quien se echó la música al hombro y asumió. Ese fue el comienzo de una prolífica carrera que hoy en día mantiene intacta, aunque con menos exposición que la que tuvo antes.
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Apenas era un chiquillo que salía del colegio, hasta tímido era, pero se puso las pilas y se tiró al agua.
Es un melómano, sabe y gusta de todos los géneros musicales que hay. Tiene una colección envidiable de discos que hasta tiene archivados por género, artistas y fechas de publicación. “El reggae es en lo que tuve oportunidad de desarrollarme, pero soy un fiebre de toda la música. Le puedo hablar desde trova, salsa, merengue, calipso o socca. Tengo música de todo, desde Camilo Sesto hasta El Gran Combo de Puerto Rico o Pablo Alborán”, contó el cantante.
Se le relaciona fuertemente con el ritmo de la famosa La chica de los ojos café que hiciera famosa el panameño Renato, pero Martin aprovechó su facilidad para escribir y cantar para darle nuevas letras al ritmo y grabar las canciones por las cuales se le identifica.
Martin, que de profesión es educador de español, dejó de lado la enseñanza para cumplir con la meta que la vida le puso en sus manos: ser artista. Cumplió con creces en los años en que estuvo más activo, viajó fuera del país a cantar en lugares como Curazao, Jamaica, Panamá, Nicaragua y Honduras; en Costa Rica alternó con artistas que luego se convertirían en íconos de la música latina como Ricardo Arjona y hasta Maná.
“Comencé con covers porque con eso se hacía uno un nombre, se daba a conocer; pero ya después vinieron mis canciones originales. Hasta grabé una para la Selección Nacional de Fútbol cuando iban para Italia 90, esa canción se llamó Lo que la Sele puede hacer y tuve el privilegio de que el finado Mario McGreggor me cantó un gol al inicio de la canción”, narró.
Su huella también quedó en estaciones de radio como Sensación y 103, siempre con programas relacionados con la música reggae y sus derivaciones.
Ahora
Actualmente Martin se mantiene activo en la música, pero como locutor.
Noches caribeñas es el nombre del programa que conduce junto al colombiano DJ Nanrez y a su inseparable amigo Banano (Mario Sánchez), quien fuera su compañero en la Cimarrona de TV Mejenga.
Se transmite los jueves de 7 a 9 p. m. por Voice Over Radio (radio virtual).
También sigue siendo el DJ los fines de semana en la famosa Caribeña en Zapote, solo que actualmente ha suspendido sus presentaciones por causa de la pandemia. Además trabaja constantemente como locutor comercial.