Sería miserable llamar a Weezer telonero del concierto de Foo Fighters. Tanta ansia causó entre la fanaticada tica el anuncio del concierto de la banda de Seattle (Washington, Estados Unidos) como el de la presentación de los angelinos.
Si bien Weezer fue la antesala al show de Foo Fighters, la euforia por el cuarteto fundado en 1992 no da pie para llamarlos como tales. Mucho menos cuando la masa urgía, primero, su presencia; y coreaba, después, sus piezas más emblemáticas.
Weezer se plantó frente al público local y foráneo que se congregó en el Estadio Nacional, este viernes por la noche, con su arsenal de éxitos, un sonido impecable y el ímpetu de su vocalista, Rivers Cuomo, al tope.
Precisamente, Cuomo dio una lección de cómo debería presentarse un artista o una banda que llega a un país como debutante: con un lenguaje muy propio de esa nación. Así logró echarse al público en el bolsillo, aunque ya lo tenían desde antes, incluso, de confirmarse su visita aquí.
Desde que Cuomo y el resto de la banda salieron a escena, unos minutos después de las 6:30 p. m., los saludos en español y el uso de algunos costarriqueñismos sonaron por los altoparlantes.
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“¿Cómo están maes?”, dijo a viva voz Cuomo. “Estamos felices de conocerlos finalmente”, continuó.
Por supuesto que no hubo reparo de parte de los asistentes, quienes respondieron el saludo con un grito que asustó la lluvia que caía en La Sabana, que se disipó conforme avanzaba el primer concierto de una noche que recordó lo mejor del rock de los 90.
Más tarde, Cuomo la volvió a hacer: gritó San José y coreó la palabra Costa Rica con la firme intención de que la audiencia lo secundara. “¡Qué chiva!”, agregó luego el cantante que bromeó con un “¿se les ofrece algo?".
En medio de esa simpatía, la banda repasaba los temas que los llevó a la gloria que reconocían los nacionales y extranjeros que los escuchaban desde los palcos y la gramilla.
Buddy Holly, Undone-The Sweater Song, Hash Pipe, Paranoid, Island In The Sound, Beverly Hills y My Name Is Jonas, fueron parte del selecto repertorio de Weezer.
También estuvieron ahí Pork and Beans, Take On Me, The End Of The Game, Perfect Situation, Lithium y Say It Ain’t So.
Weezer estuvo en escena por casi una hora, y aunque desde la estructura del show le serviría la mesa a Foo Fighters, ellos también se sentaron a comer.