Jeffrey Toobin, un conocido escritor de la revista The New Yorker y comentarista televisivo estadounidense, provocó revuelo al masturbarse en una reunión de Zoom.
No es el primer caso de desnudez en una videoconferencia, pero sí quizás el más chocante.
Toobin, de 60 años, pidió perdón el lunes tras ser suspendido por The New Yorker por mostrar su órgano sexual en una videoconferencia con colegas, en el que se hacía una simulación televisiva con vistas a la elección presidencial del 3 de noviembre.
En la simulación, donde participaban integrantes de The New Yorker y de la radio pública WNYC, los participantes desempeñaban roles, incluidos del presidente Donald Trump y su rival demócrata Joe Biden.
Durante una pausa, Toobin pareció estar en una segunda llamada de Zoom pero posteriormente apareció en cámara tocándose el pene.
“Cometí un error vergonzoso y estúpido, creyendo que estaba fuera de cámara. Pido perdón a mi esposa, a mi familia, amigos y colegas”, dijo Toobin en un comunicado enviado a la revista Vice.
"Creí que no era visible en Zoom. Pensé que nadie en la llamada de Zoom podía verme. Pensé que había silenciado el video de Zoom", añadió.
Toobin es autor de varios libros, entre ellos Verdaderos crímenes y fechorías: la investigación de Donald Trump, sobre la pesquisa del exdirector del FBI, Robert Mueller, y las acusaciones de que Rusia estuvo involucrada en la campaña del presidente en 2016.
Otros casos.
En medio del boom de las videoconferencias debido a la pandemia, el incidente de Toobin es el último ejemplo de usuarios de Zoom mostrando más de lo que sus interlocutores hubieran deseado.
Por ejemplo, el mes pasado un diputado argentino fue suspendido por tocar los senos de su pareja durante una sesión parlamentaria realizada por videoconferencia.
En la pantalla gigante, instalada en el Congreso para sus sesiones por Zoom, se vio cómo una mujer se acercaba al diputado Juan Emilio Ameri, de 47 años, se sentaba en sus piernas y él le tocaba y besaba un seno.
La sesión fue interrumpida y el presidente de la Cámara de Diputados anunció la suspensión del parlamentario durante cinco días.
Ameri intentó pedir perdón.
“Acá en todo el interior del país la conexión es muy mala. Estábamos sesionando, se me cayó Internet. Salió mi pareja del baño, le pregunté cómo estaban las prótesis y le di un beso, porque hace diez días se hizo una operación de implantes mamarios”, dijo el congresista.
Una escena tortuosa.
Los casos sobran. En septiembre un empresario brasileño apareció accidentalmente desnudo en una videoconferencia con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
El hombre, que luego dijo que había olvidado apagar la cámara, apareció con el torso desnudo en un cuadro de la pantalla de la videoconferencia, donde participaban unas 20 personas.
El ministro de Economía Paulo Guedes dijo entonces entre risas: “Hay un tipo bañándose ahí, desnudo. Haciendo aislamiento, desnudo en casa y tal. El tipo fue entrando en calor y fue a darse una ducha fría".
“Infelizmente lo vimos”, respondió Bolsonaro a las carcajadas.
En junio, el legislador irlandés Luke Flanagan habló en una videoconferencia del Parlamento Europeo desde su dormitorio, con camisa pero sin pantalones. Solo vestía calzoncillos.
“Recién regresaba de correr... Tenía una camiseta dos minutos antes. ¡Decidí ponerme una camisa para parecer respetable! Eso funcionó muy bien. ¡Espero que les gusten mis piernas!”, escribió en Twitter.